Foto: Agencias
La inteligencia de Estados Unidos (EE UU), dice la agencia corporativa (USA) Associeted Press (AP), no ha conseguido ningún indicio de que Rusia haya estado implicada en el desplome del avión malayo y lo reafirma en una rueda de prensa, agregando que no descarta que haya sido derribado por error.
¿Cómo queda el corro de medios de la derecha mundial que pedían la cabeza de V Putin? ¿Qué dice McCain y el lobby cubano, y la Unión Europea (UE), con Cameron a la cabeza que exigían mas sanciones contra Rusia y condenaban el accidente como un crimen atroz del Kremlin y de sus acólitos de la KGB?
Pues Cameron, Hollande, Rajoy, McCain, el autraliano Tony Abbot, la danesa Helle Thorning-Schmidt, el polaco Komorowsky, Rajoy, Aznar y tantos prohombres occidentales han hecho un ridículo del tamaño del sol. Se salvó Obama, porque en su conversación con Putin, supo que Rusia tenía las pruebas de cómo y quién era el autor del disparo letal.
Pero occidente y concretamente EU, quieren huir por la tangente fijando la matriz del error involuntario de sus niñotes de Kiev, o quizá de las autodefensas. Vaya descaro. El mundo debe conocer de la baja categoría de Poroshenko y obligarlo a la dimisión junto a su gobierno y a quienes le sostienen que son unos comprobados asesinos. La función del descaro cierra, ha terminado.
Y el chorizo de diarios de la derecha ha hecho un papelón ¡Cuánta tinta gastada! para nada. Para tener que recoger las palabras y tratar de engalanar al desaliñado, sin vergüenza, ni compunción… así son: altaneros, petulantes, autosuficientes, racistas, ofensivos, miedosos.
El Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ya aprobó la resolución para la investigación internacional de la catástrofe. Los Países Bajos (Holanda) asumieron el liderazgo en la investigación del siniestro. Además, el primer ministro de la República Popular de Donetsk, Alexánder Borodái, entregó las cajas negras al representante especial del gobierno de Malasia, coronel Mohd Saqri, quien confirmó que dichas cajas no habían sufrido ninguna «manipulación».
Las conclusiones rusas
Las pistas de radar que están mostrando los investigadores rusos a la prensa son de radares civiles. Moscú, aparentemente, no quiere compartir los datos de sus radares militares. Da la información de radar para que el occidente sepa que conoce lo que sucedió en Donetsk. Es la pista para que EE UU y Kiev entiendan que están atrapados por los radares y satélites de información. Es lógico suponer ademas, que sus radares propios militares, especialmente sus A-50 AWACS, le hicieron un seguimiento a esa aeronave de la Fuerza Aérea Ucraniana (UFA) antes y después de su extraña maniobra cerca del Boeing malayo.
Reiteramos, los rusos esperan que los expertos lleguen a las conclusiones correctas sobre la base de lo que han mostrado para no tener que revelar más. Así es su diplomacia y son sus destrezas informativas. Más que denunciar, sugieren, siempre mesuradamente, es su política de actuación y nadie los sacará de allí. No usan el escándalo televisivo de occidente ni el aparataje mediático para sustituir lo real por lo virtual. Pero el mundo puede estar seguro de que Moscú tiene el cuadro completo y que sabe, exactamente, lo que sucedió. Obama fue informado y por eso calla o desvía el tema, como lo ha hecho en las dos últimas presentaciones.
En definitiva, fue el disparo de un misil aire-aire, procedente de un cazabombardero Su-25 de la fuerza aérea ucraniana el que fracturó el fuselaje del Boeing-777 y lo hizo caer en la región de Donetsk para culpar a las autodefensas del siniestro, el avión muestra las marcas del impacto de las varillas del misil.
Según la inteligencia de EE UU, fue un disparo accidental y quiere fijar en la opinión pública esta versión. Lo cierto es que el mundo ya sabe de qué lado están los criminales.
A Moscú le interesa salvaguardar su prestigio, sus intereses regionales, y su posición estratégica frente a la Otan.
Un tribunal penal debe juzgar a quienes, casualmente o no, dispusieron de la vida de 298 seres humanos por sus intereses políticos bastardos.
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