México -Más allá de darles a entender a los migrantes de Honduras, El Salvador y Guatemala ―que huyen de la miseria y la violencia de sus países en busca de una vida mejor en EE.UU.― que no son bienvenidos, el Gobierno de EE.UU. no escatima esfuerzos en fortificar su frontera con México con alambre de púas y el despliegue de miles de soldados, reforzados con drones y helicópteros.
El viernes los militares comenzaron a colocar alambre de púas en el puente fronterizo de McAllen-Hidalgo-Reynosa, en Texas, que se extiende a lo largo del río Bravo. El intensivo refuerzo fronterizo también se observa en otras partes del estado, así como en Arizona y California.
Como dijo esta semana en una rueda de prensa el general Terrence O’Shaughnessy, jefe del Mando del Norte del Ejército estadounidense, EE.UU. tiene «suficientes concertinas para cubrir hasta 22 millas [35 kilómetros]» de su territorio fronterizo, y encima tiene concertinas adicionales con las que se puede cubrir más de 150 millas más (241 kilómetros).
La Administración de Donald Trump ordenó el despliegue de unos 5.200 soldados en la frontera para finales de esta semana con el objetivo de prevenir el ingreso ilegal de la caravana de migrantes que están atravesando México.
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