El precandidato ha creado polémica por sus declaraciones sobre los inmigrantes
Foto: Agencias
El precandidato republicano, Donald Trump, reavivó este fin de semana un debate de voces conservadoras en los estados de Arizona y Nevada que piden la fortificación de la frontera y la deportación de inmigrantes sin permiso.
En Phoenix, el multimillonario enfatizó que muchos hispanos han trabajado para él y dijo «amar a los mexicanos», pero responsabilizó a los políticos de México por la inmigración no autorizada que llega a Estados Unidos.
Por su parte, Hillary Clinton estimó ayer que el partido republicano debe «parar» a Trump y sus declaraciones mordaces sobre la inmigración mexicana, y se manifestó «decepcionada» por los dichos del millonario.
«Me siento muy mal y estoy muy decepcionada de él y del partido republicano que no dice es suficiente, basta», dijo la candidata demócrata a la Casa Blanca.
El millonario estadounidense y candidato a las primarias republicanas ahora repleta de simpatizantes sus mítines, después de haber relanzado un debate sensible sobre la inmigración ilegal al afirmar que México enviaba a su país «drogas, crimen y a sus violadores».
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