El fiscal Alberto Nisman fue hallado muerto en su residencia
Foto: Agencias
Buenos Aires — Una de las testigos del operativo realizado en casa del fiscal Alberto Nisman la noche que se encontró su cadáver reveló graves irregularidades en el protocolo para preservar las pruebas.
«Tomaban mate y pidieron medialunas. Tocaban todo. Habían unas cincuenta personas. La fiscal preguntaba ¿la cortamos acá y la seguimos mañana?», relató Natalia Fernández en una entrevista con el diario Clarín.
Fernández, de 26 años, explicó que la noche del 18 de enero, cuando caminaba por el barrio de Puerto Madero con una amiga, fue abordada por miembros de las Fuerzas de Seguridad para pedirles a ambas que actuaran como testigos imparciales del operativo que se realizaba en casa del fallecido fiscal, requisito habitual en este tipo de casos en Argentina.
La testigo afirma que el personal que participó en el operativo repasó la documentación esparcida sobre la mesa de Nisman, tocaron el teléfono del fiscal, usaron los baños y la cafetera.
«El portero se sentó a mi lado. Yo me puse a llorar. Estaba muerta de sueño, y me ofreció un café. Y el café era de la cafetera que estaba enfrente a la mesa de papeles. Era la cafetera de Nisman».
Alberto Nisman, fiscal especial de la causa sobre el atentado contra la mutual judía AMIA, que dejó 85 muertos en 1994, murió de un disparo en la sien en circunstancias aún no aclaradas, cuatro días después de haber denunciado a la presidenta argentina, Cristina Fernández, por supuesto encubrimiento a sospechosos iraníes del ataque.
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