Morena a punto de la mayoría calificada en ambas cámaras del Congreso

Claves del triunfo arrollador de Claudia Sheinbaum y su partido en la elección en México

Claudia Sheinbaum
4 de junio, 2024 - 8:47 am
Agencias / RT / BBC

Se pueden usar muchos adjetivos para describir la victoria de Claudia Sheinbaum en las elecciones presidenciales de México este domingo: aplastante, contundente, enorme… arrollador

 

El triunfo de Claudia Sheinbaum como la primera mujer presidenta de México, duplicando en votos a su rival más cercana, y el fortalecimiento del poder político del Movimiento Regeneración Nacional (Morena), de centro izquierda, debido a los resultados regionales y legislativos, significa una reafirmación  del progresismo latinoamericano.

Además que en un país con tasas alarmantes de feminicidios, donde la cultura machista sigue marcando una parte de las relaciones sociales, la victoria de Sheinbaum, más allá de sus posiciones sobre el feminismo, es un punto de inflexión en la lucha por la representación femenina en la política.

Una victoria del conservadurismo mexicano hubiera significado, de cuajo, el fin del segundo ciclo progresista latinoamericano tomando en cuenta los últimos resultados derechistas en Argentina y Ecuador, pero el triunfo de Morena este domingo, paró en seco el avance que tenía la derecha y ubica a México como un centro protagónico de la región en varias direcciones.

La primera de ellas, y quizá la más importante por la ubicación de México, es el posicionamiento en las relaciones de toda América Latina y el Caribe con Washington. Independientemente de quien salga electo presidente en las elecciones del 5 de noviembre en EE. UU., podríamos pensar que de seguir la línea trazada por Andrés Manuel López Obrador (AMLO), la nueva presidenta de seguro tendrá una relación compleja con el país del norte.

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AMLO mantuvo una relación bastante pragmática, incluso con Donald Trump, pero a su vez siempre puso por encima la defensa de la soberanía de los pueblos de América Latina, sin importar que eso molestara al inquilino de turno en la Casa Blanca.

AMLO logró revivir el espíritu de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y caribeños (Celac), organizando la cumbre de presidentes en 2021 con una nutrida asistencia de mandatarios de diversa índole ideológica, y profundizó los lazos del ente con China. También pidió en varias ocasiones la desaparición de la Organización de Estados Americanos (OEA). Resulta bastante probable que en el nuevo sexenio que inicia el próximo 1 de octubre, esta sea la línea a seguir del nuevo gobierno mexicano.

Además de esto, ante la amenaza que se cierne con un hipotético regreso de Donald Trump, quien resulta bastante agresivo para con América Latina y especialmente contra México, el triunfo de Sheinbaum puede seguir operando como un atemperador de las relaciones, como una especie de amortiguador, para que las relaciones de EE.UU., independientemente de quien sea su presidente, tiendan a ser con respeto no solo hacia México sino hacia toda América Latina.

Hay que recordar también que AMLO fue muy pragmático, con el tema de la migración, en las negociaciones con Trump. En cierta forma logró cumplir su promesa de atender las olas migratorias que venían en forma de largas caminatas desde Centroamérica, para que no impactaran tan duramente en la política doméstica estadounidense.

De la misma forma, México se ha comportado un tanto distante de la emergencia de las nuevas formas de organización internacional como los BRICS. Más bien ha apostado, aunque con importantes reformas, a revigorizar el tratado de libre comercio con América del Norte.

Por otra parte, el gobierno saliente se sumó a la demanda presentada por Sudáfrica en contra de Israel ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ).

Seguramente la nueva presidenta hará su política de manera autónoma pero podríamos esperar, no solo por el triunfo de ella sino por la clara victoria de Morena en una cantidad importante de gobernaciones y de escaños en el Congreso, que es bastante probable que su política exterior mantenga similitudes con la de AMLO.

El triunfo de Morena, su partido

Para comprender el impacto internacional y geopolítico del triunfo de Sheinbaum es menester analizar el triunfo interno que tuvo el partido Morena este domingo.

  • Primero, la presidenta electa consigue casi el 60 % de los votos, duplicando a su rival más cercana, Xóchitl Gálvez, según los resultados preliminares del conteo rápido.
  • Segundo, Morena consigue 7 de las 9 gobernaciones que estaban en juego el domingo, expandiendo su dominio a 24 de las 32 del total de entidades del país.
  • Está muy cerca de conseguir la mayoría calificada de la Cámara de Diputados, y posiblemente del Senado, algo con lo que no contaba AMLO, lo que le conferiría mucho mayor margen de maniobra para establecer cambios importantes.

Es decir, Morena fortaleció el dominio político en el país, y eso, después de tan agónica oposición, quiere decir que se perfila como el nuevo actor de poder para los próximos años, mientras su competencia se empequeñece, en algunos casos, como el otrora poderoso Partido de la Revolución Institucional (PRI), casi hasta su extinción.

Claudia Sheinbaum

Ya internamente, el triunfo de Claudia y de todo Morena a lo largo del país da cuenta de algo muy interesante para la cultura mexicana. Se está corroborando una cierta indiferencia histórica de los mexicanos por la alternabilidad en el gobierno. Ya el PRI gobernó durante 70 años seguidos, controlando durante ese tiempo no solo el gobierno central sino la gran mayoría de gobernaciones y curules legislativos.

Con el resultado del domingo, Morena logra verificar el golpe de timón que ha habido desde la centroderecha del PRI, hacia la centroizquierda de Morena, pero perpetuando una sólida hegemonía de un solo partido en la política mexicana, lo que genera estabilidad en las directrices internas y externas.

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Esta es una de las primeras razones para entender por qué AMLO prefirió no reelegirse, como lo han hecho muchos presidentes de la región y decidió más bien pasar el testigo, con el fin de mantener el dominio de Morena como partido. Es decir, la influencia de los partidos, así como lo hizo el PRI en su momento, no se basa primordialmente en los liderazgos sino en las estructuras partidarias.

En esto, AMLO ha copiado al PRI, quien no aceptó la reelección a sus presidentes, lo que utilizó como método exitoso para renovarse y mantener la hegemonía.

Esta es la apuesta de AMLO y esperemos a ver si sucede con éxito. Para eso habrá que esperar que termine el sexenio que le espera a Claudia.

Finalmente, y en la misma línea, el otro triunfo de Morena este domingo es el de Clara Brugada en Ciudad de México, un cargo de representación que fue el trampolín de AMLO y Sheinbaum, lo que la coloca, desde ya, como la más probable sucesora.

Con esta estructura y el resultado de este domingo, Morena proyecta su dominio en el tiempo y en el territorio mexicano.

Claudia Sheinbaum será superpoderosa

En este país presidencialista y de tradición centralista a pesar de su federalismo, todo presidente, por muy débil que sea, es poderoso.Y en los tres números que siguen se puede resumir ese poder.

Más de 30 millones de votos

La primera presidenta de la historia de México ha sido, asimismo, la candidata que más votos ha logrado en la historia democrática de México. Si se confirma la tendencia de los datos anunciados por el Institucional Nacional de Electoral, Sheinbaum pudo haber recibido hasta 35 millones de votos.

Claudia SheinbaumAMLO, en 2018, obtuvo poco más de 30 millones y había sido el más votado de la historia.

Se podría argumentar que el crecimiento demográfico de la población hace que cada seis años en México el candidato vencedor sea el más votado de la historia. Pero una victoria por la diferencia con que ganó Sheinbaum es inusual no solo en México, sino en cualquier país.

Más de 30% de diferencia

Y eso nos lleva a contemplar la diferencia con la segunda en la contienda, la exsenadora Xóchitl Gálvez.

AMLO ganó en 2018 por un margen de 31 puntos porcentuales. Sheinbaum, según los resultados premilitares, parece haber ganado por más de 32%.

Eso muestra, por un lado, que la exalcaldesa supo conectar con la población, dar la idea de que es una política responsable y confiable y, sobre todo, que puede seguir las políticas de su antecesor. Porque la diferencia con Gálvez también se explica por la popularidad del mandatario saliente.

Casi todos los presidentes que tuvieron que gobernar sus países durante la pandemia fueron vencidos en sus intentos de reelección o continuidad. AMLO, en cambio, sale de la presidencia con más de 60% de popularidad, gracias a su carisma, los programas de aumento de los ingresos a los más pobres y la estabilidad de la economía.

Y una tercera variable que explica la comodidad de la victoria de Sheinbaum es el fracaso de la oposición, que llegó a las elecciones dividida, tratando de oradar la alta popularidad de AMLO y con una candidata carismática pero sin mensaje ni propuestas claras.

Los dos tercios del Congreso

Los resultados anunciados el domingo muestran que el oficialismo quedó muy cerca de lograr las mayorías calificadas de la Cámara de Diputados y del Senado.

La coalición obtuvo al menos 334 curules en Diputados y entre 76 y 88 en Senado. Para las mayorías calificadas necesitan 334 en el primero y 85 en el segundo. Y por supuesto, muchos se querrán adherir al partido todo poderoso.

Tener dos tercios del Congreso de la Unión es algo que ningún partido había logrado desde los años 80, cuando el Partido Revolucionario Institucional dominaba, para muchos autoritariamente, la política mexicana.

El movimiento inaugurado por AMLO propone una transformación del país tan relevante como la independencia, las reformas liberales del siglo XIX y la Revolución Mexicana. Por eso se hacen llamar la Cuarta Transformación: la 4T.

Pero, para transformar un país, hay que modificar la Constitución. Muchas de las reformas que AMLO propuso se truncaron en el Congreso y en los juzgados. Reformas judiciales, pensional y energética quedaron en papel.

Ahora, al parecer, Sheinbaum sí va a poder. La coalición de Morena quiere, también, que los jueces de la República se elijan por voto popular y modificar las leyes electorales. Al menos eso buscaba AMLO.

La última vez que un partido tuvo tanto poder en México, que fue el caso del PRI, la historia no terminó bien, sino en aquello que algunos llamaron la «dictadura perfecta».

La Claudia Sheinbaum superpoderosa tendrá herramientas para luchar contra la pobreza, la violencia y la corrupción. Pero también será una prueba para la democracia mexicana.

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