La Paz — La prohibición de propaganda y reuniones políticas, además de una drástica ley seca, comenzaron a regir ayer en Bolivia, en el umbral de las elecciones generales del domingo, en las que 5,9 millones de bolivianos están convocados a votar.
Las nueve gobernaciones departamentales de Bolivia expidieron sendos ‹autos de buen gobierno›, que limitan temporalmente algunos derechos ciudadanos.
El Tribunal Supremo Electoral prohibió a los medios difundir «actos relacionados con las organizaciones políticas».
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