China fue en 2021 el segundo socio comercial de Argentina, solo por detrás de Brasil, batiendo el récord histórico de intercambios al alcanzar los 19.685 millones de dólares
Argentina confirmó su adhesión al proyecto internacional chino de inversión e infraestructuras conocido como Nuevas Rutas de la Seda, oficializada tras una reunión entre el presidente del país sudamericano, Alberto Fernández, y su homólogo chino, Xi Jinping.
En un comunicado, el Ministerio de Asuntos Exteriores de China indica que ambos países firmaron un «Memorándum de Entendimiento» -máxima forma de adhesión- para la cooperación en el marco del citado programa.
Tuve una cordial, amistosa y fructífera reunión con Xi Jinping, presidente de China. Acordamos la incorporación de Argentina a la Franja y la Ruta de la Seda.
Es una excelente noticia. Nuestro país obtendrá más de US$ 23 mil millones de inversiones chinas para obras y proyectos. pic.twitter.com/LGyIJ6zWdG
— Alberto Fernández (@alferdez) February 6, 2022
La adhesión de Argentina a la conocida oficialmente como Iniciativa de la Franja y la Ruta ya había sido avanzada a finales del año pasado por el embajador en China, Sabino Vaca Narvaja, citado por la prensa oficial china, que también indicó que Buenos Aires planeaba abrir una nueva sucursal diplomática en la ciudad central de Chengdu este año.
Fernández se trasladó a capital china para asistir a la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín 2022 en el marco de una gira internacional que le llevó a Rusia y que finalizará en Barbados.
Alianzas de Argentina y China
Argentina y China conmemoran este año el 50º aniversario del establecimiento de lazos diplomáticos oficiales, y firmaron en 2014 un acuerdo estratégico «para que esa relación se profundice mucho más», según indicó recientemente Fernández en declaraciones a la cadena estatal de televisión china CGTN.
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Se trata de la primera visita oficial del mandatario argentino a China, ya que no había podido efectuarla con anterioridad debido a la pandemia y a la política de «tolerancia cero» contra el coronavirus propugnada por Pekín, que ha limitado enormemente las llegadas desde el exterior, incluidas las de dignatarios extranjeros.
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