Prometió “poner a Argentina de nuevo en pie”

Alberto Fernández asumirá la presidencia de Argentina en medio de la crisis

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8 de diciembre, 2019 - 11:51 am
Karolay Ordoñez/Agencia

Sin un partido propio y luego de años alejado de la política activa, su principal reto será tomar las riendas de un gobierno de coalición, según el analista político Enrique Zuleta

Argentina- Ha prometido “poner a Argentina de nuevo en pie”, tras más de un año de recesión, alta inflación y aumento del desempleo y la pobreza, pero el peronista de centro-izquierda Alberto Fernández, quien asumirá la presidencia el martes, se cuida de dar detalles sobre su programa.

Abogado de 60 años, Fernández trae como aval su experiencia como jefe de gabinete en el gobierno de Néstor Kirchner (2003-2007) y durante el primer año del de Cristina Kirchner (2008), quien esta vez será su vicepresidenta y encabezará el Senado.

De talante moderado y pragmático, Fernández logró en fórmula con Cristina Kirchner agrupar a la oposición peronista, que abarca todas las corrientes de derecha a izquierda, tras años de divisiones.

Sin un partido propio y luego de años alejado de la política activa, su principal reto será tomar las riendas de un gobierno de coalición, según el analista político Enrique Zuleta.

“Fernández es una persona muy experimentada. Domina los temas internacionales y los de la deuda. Está muy preparado. Es un hombre de gobierno, pero no es un hombre de Estado. Su mayor desafío será administrar esa coalición heterogénea”, opinó Zuleta.

La búsqueda de equilibrio para mantener la unidad de la alianza le ha dictado su estilo lacónico y lo llevó a conformar un gabinete en el que están representadas todas las tendencias.

“Quise que la unidad se refleje en el gobierno”, dijo Fernández al presentar a su equipo el viernes.

Problemas y ventajas

El primer problema que deberá afrontar Fernández será la renegociación de la deuda, tanto con el Fondo Monetario Internacional (44.000 millones de dólares recibidos desde 2018) como con bonistas. En total, la deuda externa argentina asciende a más de 315.000 millones de dólares, cerca de 100% del Producto Interno Bruto.

Para esa tarea, escogió a Martín Guzmán, un colaborador del Nobel de Economía Joseph Stiglitz que considera “imperioso” reperfilar los vencimientos de capital y de intereses.

“Con el FMI ya estamos trabajando. Es un trabajo que debe hacerse silenciosamente, pero que los argentinos se queden tranquilos que nos estamos ocupando del tema hace semanas. Hemos abierto un proceso de negociación, estamos satisfechos del modo que evoluciona”, dijo Fernández.

Héctor Rubini, profesor en la Universidad del Salvador, destaca que aunque en materia económica “no ha habido definiciones, es claro que los economistas que asesoran a Fernández se caracterizan por un enfoque que prioriza la intervención del Estado para promover la industrialización y por esta vía la recuperación del empleo y la demanda agregada”.

Para las primeras semanas de gobierno, este economista prevé el mantenimiento o incluso que se acentúe el estricto control de cambio impuesto en octubre.

También piensa que se aprobará una nueva ley de presupuesto que reasigne fondos para combatir la pobreza, un tema que Fernández plantea como un “imperativo moral”.

Y aunque el panorama económico luce duro, Fernández tendrá un país con paz social, el Congreso de su lado y también tiempo antes de que se presenten vencimientos de deuda.

“Tiene tiempo, tiene el Congreso, tiene ideas. Si juega a fondo puede hacer una gran presidencia”, resumió Zuleta.

La herencia

“No me voy satisfecho con cuánto creció la economía en mi mandato o cuáles fueron los resultados de la lucha contra la inflación y la pobreza”, dijo el saliente presidente Mauricio Macri esta semana, al hacer un balance de su gobierno.

La economía cerrará este año con una caída de 3,1%, inflación en torno a 55%, pobreza cerca de 40%, desempleo de 10,4% y una depreciación monetaria de casi 40%, todas cifras peores a las que dejó Cristina Kirchner al terminar su periodo en 2015.

Pero en sus cuatro años de gobierno, Macri habrá bajado el déficit fiscal de cerca de 5% del PIB a 0,5% y deja un monto de reservas internacionales de 43.800 millones de dólares, frente a 25.500 millones en 2015.

Macri, que prometió hacer una oposición constructiva, sostiene que ahora “nuestra democracia es más fuerte, más sólida, nuestra justicia es más independiente, nuestra prensa es más libre”.

Además, destacó que será el primer presidente no peronista que termina su mandato desde que en 1945 surgió ese movimiento que marcó a fuego la política argentina.

“Esto no es logro de un presidente o de un partido. Este es un logro de todos los argentinos. Es un avance en nuestra democracia, sobre todo en este contexto delicado para América Latina”, consideró el mandatario saliente.

Las cuatro superestructuras estatales que impondrá

Se trata de órganos a crearse por ley que marcarán las políticas a largo y corto plazo; las nuevas facultades que se le quiere dar a la Jefatura de Gabinete

1-Superjefatura de Gabinete. Cafiero busca coordinar una Jefatura de ministros que tenga amplia llegada a temas económicos, sociales, parlamentarios, políticos y gremiales. Para esto se designó a la economista Cecilia Todesca que estará a cargo del seguimiento presupuestario del Estado más allá de la labor que en esto cumpla el Ministerio de Economía. Tanto Fernández como Cafiero confían plenamente en Todesca que es parte del equipo de Matías Kulfas.

Hay más. En el armado de esta nueva superjefatura de Gabinete también tendrá una incidencia muy fuerte la política. Allí estará el ex diputado y líder del Movimiento Evita, Fernando “Chino” Navarro, a cargo de la relación con intendentes, movimientos sociales, sindicatos, partidos políticos y el Parlamento.

“La nueva Jefatura de Gabinete tendrá menos de redes sociales y más de política pura. Buscaremos ser el nexo con el Congreso, con los gobernadores y con todos los actores políticos en general”, dijo a Infobae uno de los armadores de este proyecto en abierta diferenciación a lo que fue la jefatura de Gabinete a cargo de Marcos Peña.

2-El Consejo Económico y Social. En la presentación de su gabinete nacional el presidente electo remarcó que enviará de inmediato al Congreso un proyecto de ley para conformar el Consejo Económico y Social, que se encargará de “discutir cómo encarar el tema salarial y el tema precios”, según explicó.

“Veo con mucha preocupación que hay sectores en la economía argentina que en los últimos meses han desatado precios indiscriminadamente tratando de preservarse de lo que piensan que puede ser un congelamiento de precios y no necesitamos ni congelar precios ni irresponsables que aumentan precios por las dudas”, expresó Fernández.

La intención de este Consejo Económico en palabras del presidente electo es que “perdure a los gobiernos” y que “su presidente cuente con el acuerdo del Senado”.

Se trata de una estructura novedosa en la Argentina que Fernández copió del modelo holandés o sistema Polder como funciona en los Países Bajos. Se trata de un consejo conformado por referentes sindicales, empresarios, movimientos sociales, académicos, representantes del Congreso y del Poder Ejecutivo. La idea es que este Consejo trabaje en forma permanente para resolver problemas tan variados como un aumento tarifario, la discusión de aumentos salariales, un conflicto laboral o un problema social determinado.

En Holanda este sistema funciona hace muchos años y de ello habló Fernández con el embajador holandés en Buenos Aires Roel Nieuwenkamp, quien se comprometió a asesorar al nuevo gobierno en este campo.

A la vez, este Consejo Económico y Social persigue como sus objetivos evitar el desgaste que pueda tener el Ministerio de Trabajo y otros Ministerios a la hora de tener que resolver un conflicto.

Según pudo saber Infobae, durante el almuerzo que el presidente electo compartió esta semana con el jefe del gremio de Camioneros, Hugo Moyano, se analizó este nuevo estamento estatal. Y el líder sindical apoyó en forma absoluta la idea de Fernández. También hubo diálogos del gobierno entrante con la CGT sobre esta misma temática con un nivel de consenso muy amplio.

3-El Consejo contra el Hambre. Este órgano también se creará por ley y tendrá autarquía plena del Gobierno. Estará conformado por personalidades vinculadas al área social, nutricionistas, movimientos sociales, médicos, académicos y referentes del gobierno. De hecho, este Consejo contra el Hambre estará coordinado por la peronista platense Victoria Tolosa Paz.

“Se tratará de un Consejo para monitorear y hacer un seguimiento de las políticas sociales destinadas a combatir la pobreza y la inseguridad alimentaria”, explicó un allegado a Tolosa Paz.

Las decisiones de este Consejo no serán vinculantes o, mejor dicho, sus recomendaciones podrá o no tomarlas el Ministerio de Desarrollo Social. Pero se entiende que habrá una decisión coordinada para atender los reclamos y observaciones que se presenten al momento de desplegar toda la ayuda social para combatir el hambre.

En el Observatorio del Consejo contra el Hambre estarán presentes referentes de movimientos sociales, la Fundación INECO que lidera el neurocientífico Facundo Manes y el Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA). Este observatorio acaba de emitir el último informe de pobreza correspondiente al tercer trimestre del 2019 donde alertó sobre un aumento al 40,8% de la pobreza en la Argentina y un 8,9% de indigentes.

El Consejo contra el Hambre señalará, entre otras cosas, correcciones a políticas de distribución de alimentos, las pautas nutricionales de la “canasta saludable” y el manejo presupuestario de los programas destinados ayuda alimentaria.

4-El Consejo de Seguridad. Esta cuatra superestructura que quiere llevar adelante para su gestión el presidente electo buscará emitir estrategias y políticas de seguridad a largo plazo. El secretario de Asuntos Estratégicos Gustavo Béliz siguió de cerca el borrador de lo que deberá ser el proyecto de ley que se enviará al Congreso para crear este Consejo de Seguridad y allí se planteó que este órgano “fijará las políticas estratégicas de seguridad que luego conducirá el Ministerio y las fuerzas”, según deslizó un allegado a Béliz.

La designada ministra de Seguridad Sabina Frederic tendrá en este Consejo un representante y deberá ajustar en adelante sus políticas futuras en función de lo que defina esta superestructura.

También habrá en el Consejo de Seguridad a crearse por ley referentes de las fuerzas de seguridad, académicos, referentes de la sociedad civil y de la oposición.

“La seguridad se resuelve con igualdad y no a palos o metiendo balas”, dijo el presidente en la presentación oficial de Frederic como ministra de Seguridad. En esa línea se encolumnará el Consejo de Seguridad que estará por encima de toda estructura del gabinete nacional.

 

Foto: Agencia

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