El expresidente Lula anunció a su exministro y excompañero de fórmula, Fernando Haddad, como nuevo abanderado del Partido de los Trabajadores (PT) para las elecciones del 7 de octubre.
El también exalcalde de Sao Paulo Fernando Haddad fue elegido por el izquierdista Partido de los Trabajadores (PT) como su candidato presidendial en sustitución del encarcelado expresidente Luiz Inácio Lula da Silva para los comicios de octubre. En un paso esperado desde hace semanas, el PT oficializó la candidatura de Haddad durante un acto proselistista cerca de la cárcel donde Lula está preso desde abril en Curitiba, en el sur de Brasil, cumpliendo una pena de 12 años de cárcel por corrupción.
«Hoy presentamos (la candidatura de) a Fernando Haddad», dijo la presidenta del PT, Gleisi Hoffmann en el acto, que tuvo lugar en el último día de plazo que la formación tenía para anunciar a su nuevo candidato presidencial, tras la decisión del Tribunal Electoral de inhabilitar al expresidente. La decisión de Lula había sido anticipada a los medios por fuentes del partido, que aludieron al acto como momento del anuncio oficial, donde finalmente se dio lectura a una carta de Lula avalando la candidatura.
Adicionalmente, y ya antes de la conclusión de la reunión de la dirección del partido en Curitiba para refrendar la decisión de su máximo líder, el PT divulgó un anuncio en televisión en el que dejó claro que las aspiraciones de Haddad como candidato a la Presidencia contaban con el apoyo de Lula.

Haddad tiene 55 años y es hijo de inmigrantes libaneses. Académico y político, tiene un máster en Economía y un doctorado en Filosofía de la Universidad de Sao Paulo. En su currículum consta que ha sido consultor de la Fundación Instituto de Investigaciones Económicas. También jefe de personal de la Secretaría de Desarrollo Económico y de Hacienda de Sao Paulo, y se completa como asesor especial del Ministerio de Planificación, Presupuesto y Gestión.
Además, es profesor en el departamento de Política de la Universidad de Sao Paulo.Fue ministro de Educación en los gobiernos de Luiz Inácio Lula da Silva y Dilma Rousseff, cargo al cual renunció para postularse como alcalde de São Paulo. Fue elegido en la segunda vuelta de las elecciones de 2012, con más de 55,94 % de los votos válidos, derrotando al candidato del Partido de la Social Democracia Brasileña, José Serra. En 2018 Haddad es escogido como candidato a la vice-presidencia de la república, al lado de Lula
Lula preso, con mayor intención de voto, pero vetado
La mayor formación de izquierda de América Latina, que gobernó Brasil por 13 años (2003-2016), esperó hasta el último momento para anunciar el cambio de candidato, con la esperanza de poder revertir la decisión de la justicia electoral en otras instancias. Sin embargo, ni el Tribunal Superior Electoral ni la Corte Suprema de Justicia llegaron a pronunciarse sobre los diferentes recursos que el PT presentó en la última semana para intentar habilitar a Lula como candidato.
Lula fue vetado de disputar las elecciones en base a una ley que él mismo sancionó y que impide expresamente que candidatos condenados en segunda instancia, como es su caso, puedan postular a un cargo electivo. El tribunal electoral había advertido de que en caso de que no presentase un nuevo candidato hasta este martes, el PT quedaría por fuera de la disputa presidencial.
Lula encabezaba todas las encuestas de intención de voto, con cerca del 40 % del favoritismo, y era señalado por los sondeos como el más posible vencedor tanto de la primera vuelta como de la segunda frente a cualquiera de sus adversarios. Con la aún elevada popularidad del que aún es considerado como presidente más carismático de Brasil, pese a su prisión y su condena por corrupción, el PT insistió en su candidatura y negó que tuviese un plan alternativo.
Haddad confía en la transferencia de votos
Haddad, que fue ministro de Educación en el Gobierno de Lula y alcalde de Sao Paulo, es el quinto ubicado en los últimos sondeos de intención de voto, con un 9 %, cinco puntos porcentuales más que los que tenía en agosto. A menos de un mes para los comicios más inciertos en las últimas décadas en Brasil, Haddad confía en la transferencia de votos de su padrino político.
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