El país debe una cifra aproximada a US$160.000 millones

Reservas Internacionales han caído 56,60% desde 2016

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3 de febrero, 2020 - 11:37 am
Agencias

Un país con la situación de reservas internacionales de Venezuela ya debería estar en conversaciones con el Fondo Monetario Internacional para obtener el respaldo necesario

Caracas- Las reservas internacionales del país apenas subieron 84 millones de dólares en enero y cerraron en US$6.717 millones el primer mes del año, una contracción de 20,19% en comparación con la misma fecha de 2019 y de 56,60% en los últimos cuatro años.

Fuentes financieras consultadas por Banca y Negocios estiman que las reservas líquidas del país se ubican entre US$700 y US$900 millones, lo que configura una situación de severa crisis de balanza de pagos.

Si se toma como válida la estimación de importaciones más reciente de Aristimuño Herrera & Asociados (AH&A) para 2020, de US$7.000 millones, el país no tendría cómo cubrir el año completo de compras externas. Las reservas líquidas apenas alcanzarían para menos de dos meses de importaciones, en el mejor escenario.

El gobierno de Nicolás Maduro está dando señales de que la crisis fiscal se agudiza, aún cuando se resiste a recurrir a una emisión masiva de bolívares. La reforma tributaria aprobada por la ANC evidencia que la voracidad fiscal del Ejecutivo, tanto en bolívares como en dólares, se desborda.

El Ejecutivo ha decidido atacar la dolarización sin detenerla, sino buscando obtener una gran tajada de los flujos en divisas que se mueven, sobre todo, en la actividad comercial.

Cifras de cálculos recientes indican que el comercio mueve alrededor de 60 millones de dólares mensuales y, en teoría, esa cifra debería al menos duplicarse al cierre del año. Sin embargo, el Impuesto al Valor Agregado (IVA) a las consumos pagaderos en dólares y criptomomendas no parece ser muy rentable ante las necesidades reales de divisas que tiene el país, y funcionará más como un mecanismo de estímulo a las operaciones en el mercado informal.

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¿Por qué no se reconoce la crisis?

Un país con la situación de reservas internacionales de Venezuela ya debería estar en conversaciones con el Fondo Monetario Internacional para obtener el respaldo necesario para fortalecer su balanza de pagos. Con el nivel de reservas internacionales que tiene el país, una renegociación de la deuda externa sería prácticamente imposible sin ese respaldo.

La Asamblea Nacional estima que el país debe una cifra aproximada a US$160.000 millones, mientras que la deuda en bonos que se encuentra en default por casi tres años llega a los US$30.000 millones. La insolvencia de la República no es inducida por las sanciones; las cifras oficiales revelan que el país, sencillamente, no tiene la capacidad de generar recursos suficientes para cumplir sus compromisos.

No obstante, según ha estimado Aristimuño Herrera & Asociados (AH&A) el gobierno de Maduro realizó exportaciones no petroleras por US$9.680 millones de dólares en 2019. En el primer semestre del año pasado, las ventas externas no petroleras de la administración alcanzaron los US$5.800 millones.

Esta cifra indica que el componente de exportaciones públicas no petroleras -oro y otros minerales, entre otros ítems posibles- superó a las reservas internacionales actuales, según el BCV, en US$2.963 millones o 31,87%.

Para hacer la comparación correcta, al cierre de 2019 las reservas internacionales eran de US$7.465 millones, de manera que las ventas externas del gobierno fueron superiores en US$2.395 millones o 22,88%.

Cabe suponer que este mecanismo va a continuar este año y, además, es posible que el gobierno consiga alguna mejoría de las exportaciones de crudo, por lo que la crisis que refleja la posición de reservas internacionales, según la data del BCV, no significa que la administración Maduro esté en camino de un colapso de balanza de pagos.

El gobierno está buscando una renegociación directa e informal con tenedores de bonos. En varias ocasiones, Bloomberg ha reflejado la intención de hacer acuerdos de pago a través de la transferencia de activos, básicamente petroleros, en función de eludir acudir al FMI o a otras fuentes de crédito multilateral.

Paradójicamente, la contracción de la economía en 65% desde 2013 hace que el esfuerzo por financiar las importaciones, por parte del gobierno, sea evidentemente menor.

El Banco Central de Venezuela no actualiza cifras de balanza de pagos desde el corte de marzo de 2019, de manera que en los siete años transcurridos desde el primer trimestre de 2013 y el mismo período de 2019, las importaciones se contrajeron 81,15%.

Las no petroleras, en particular, bajaron 87,78% en el lapso revisado y las petroleras se redujeron 57,41%, como resultado de una menor demanda interna de combustibles y la paralización de instalaciones de Pdvsa, así como por las sanciones estadounidenses.

Foto: Agencias

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