Los trabajadores se apostaron en la planta con pancartas alusivas a la escasez de trigo.
San Francisco — Esta semana los anaqueles de los supermercados y venta de alimentos dejarán de vender las pastas Primor y Gran Señora, producidas por la planta de Empresas Polar, ubicada en el municipio San Francisco.
Y es que desde el año 2013 esta empresa viene padeciendo los embates de la adquisición de divisas, lo que puso a la directiva en un jaque mate, que este sábado llegó a un preocupante desenlace.
La planta que por años ha distribuido el 30% de la pasta a nivel nacional y una de las más grandes en Venezuela, se vio obligada a paralizar temporalmente sus actividades por el retraso en la entrega de divisas por parte del Centro Nacional de Comercio Exterior (Cencoex) para la compra de trigo durum, materia prima importada utilizada para fabricar las diversas presentaciones de pasta.
Empleados
Los empleados que suman unos 520 entre fijos y contratados, salieron ayer en horas de la mañana con pancartas en mano para elevar su preocupación ante este cierre indefinido.
Adán Valero, secretario general del sindicato de la empresa, dijo que la deuda a los proveedores asciende a $430 millones, de los cuales el Gobierno nacional no ha dado respuesta para concretar el pago y comprar trigo.
«No se sabe hasta cuándo estaremos así, depende del desembolso de esos dólares, hicimos lo humanamente posible por seguir laborando, pero ya no depende de nosotros», aseguró el líder sindical.
Valero detalló que en agosto del año pasado fue la última compra de trigo por 22 mil toneladas, las cuales alcanzaron para producir hasta febrero de este año. Sin embargo, y para no llegar al cierre, se realizaron algunos préstamos a las industrias Cargill, Sindoni y Mocasa por la cantidad de 8 mil toneladas, alcanzando para producir 70 mil kilos hasta este pasado sábado.
El Ministerio del Trabajo visitó las instalaciones el día de ayer para conocer la realidad de la situación y la complejidad del destino de sus trabajadores, pues aún no se sabe a ciencia cierta si el cierre será definitivo.
Ingris Arrollo, trabajadora de esta empresa, destacó la necesidad de continuar trabajando y garantizar la «soberanía alimentaria» al país, pues cientos de familias se verán afectadas directa e indirectamente por esta interrupción.
«Venezuela sin trigo, no hay pasta Primor», ese es el eslogan que se leía en todos los vehículos apostados en las adyacencias de la planta, además de las manifestaciones de todos los trabajadores realizadas en toda la carretera que conduce a Perijá.
No imputable a la empresa
Por su parte, la directiva de la compañía hizo saber que por tratarse de un caso de fuerza mayor no imputable a la empresa, se acordó el procedimiento de suspensión de la relación laboral con los trabajadores de la planta, tal como lo establece el artículo 72 de la Ley Orgánica del Trabajo, las Trabajadoras y los Trabajadores.
«La situación de pastas Primor y de otras instalaciones de Empresas Polar es del conocimiento de las autoridades nacionales, con quienes se han sostenido numerosas comunicaciones y reuniones, en las que se alertó de manera oportuna y responsable sobre los riesgos de retrasar la liquidación de divisas para el pago de la deuda con los proveedores, y sus efectos sobre la producción de un rubro que forma parte de la dieta básica de los venezolanos».
Los trabajadores continuarán en protesta pacífica durante todos estos días para lograr que el Estado considere la situación por la que atraviesa esta industria.
Trabajadores de Polar salieron ayer a elevar su preocupación por la situación de la empresa
Vehículos estacionados cerca de la planta tenían mensajes sobre la situación de la empresa
Fotos: Carmen Salazar
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