Desde que Chevron tuvo permiso para operar en el país desde el año 2022 y hasta la fecha, contribuyó a incrementar y mantener estable la producción petrolera. Al mismo tiempo aumentó la oferta de divisas en el mercado cambiario para atender parte de la demanda. No obstante, el país presenta problemas macroeconómicos, los cuales, a juicio de expertos consultados, continuarán con o sin Chevron
Revocatoria o mantenimiento de operaciones mínimas son las opciones del Departamento del Tesoro de Estados Unidos sobre la licencia a la petrolera Chevron para operar en Venezuela, que vence este martes 27 de mayo. Es evidente que la suerte del país dependerá de la medida que tome el presidente Donald Trump. Sin embargo, sucede en un momento en el que la economía nacional muestra signos de deterioro en la actividad productiva pública y privada, así como una alta inflación y devaluación.
El impacto de la medida significará una caída del producto interno bruto, de la producción petrolera y de las exportaciones del país, así como presión en el mercado cambiario y más inflación. Pero también Chevron dejará de cobrar lo que le adeuda Pdvsa, su socio en cuatro empresas mixtas.
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Desde que Chevron tuvo permiso para operar en el país desde el año 2022 y hasta la fecha, contribuyó a incrementar y mantener estable la producción petrolera. Al mismo tiempo aumentó la oferta de divisas en el mercado cambiario para atender parte de la demanda. No obstante, el país presenta problemas macroeconómicos, los cuales, a juicio de expertos consultados, continuarán con o sin Chevron.
Los analistas sostienen que a pesar del aporte de Chevron y de otras petroleras extranjeras como Eni, Repsol y Maurel & Prom, que también operan bajo licencia de EE. UU., la política macroeconómica de Nicolás Maduro perdió su efectividad. Es por ello que las estimaciones para 2025 se centran en una reducción del PIB de entre 2% y 8%, en una tasa de inflación anual de tres dígitos y una devaluación difícil de detener.
«La economía de Venezuela durante los primeros cinco meses de 2025 entró en una fase de contracción de la actividad económica, acompañada de un rebrote inflacionario en medio de un ciclo devaluacionista que implicó abandonar la política de semi anclaje del tipo de cambio vigente hasta septiembre de 2025», indicó el Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF) en un reciente informe.
Sostuvo la consultora que si se eliminase la licencia que permite a Chevron continuar produciendo y exportando petróleo, se agudizará la recesión y exacerbará la presión sobre el tipo de cambio. Recuerda que Venezuela no tiene acceso al mercado financiero internacional y muestra reservas internacionales menguadas e insuficientes para poder estabilizar la tasa de cambio.
«Los principales indicadores macroeconómicos de Venezuela durante 2025 evidencian un claro deterioro en términos de la actividad económica, aumento de las tensiones inflacionarias, caída de las remuneraciones reales, una considerable depreciación del tipo de cambio nominal y la persistencia de una brecha entre los tipos de cambio oficial y paralelo», indicó el OVF.
«Mera ilusión»
A juicio del analista petrolero Luis Pacheco, lo que suceda con la licencia de Chevron no cambiará lo que hasta ahora se evidencia en la economía venezolana. «El problema de Venezuela no son las licencias. El problema es que no hay confianza en los inversionistas, sienten que no hay garantías. El negocio petrolero es de miles y miles de dólares al año y nadie va a invertir si no tiene un socio confiable y si las condiciones no permiten el desarrollo normal de la actividad».
Indicó que el país no cuenta con inversiones ni productividad y se convirtió en una «economía comercial» y/o importadora. «Tenemos que ver las otras señales de la economía, más allá del petróleo. El país está tan deteriorado que el destino del país depende de una empresa estadounidense».
Recalcó que la «mejora» que tuvo el país con Chevron fue una «mera ilusión», ya que no se aprovechó para ejecutar las medidas que requiere la economía, mientras que la industria petrolera tampoco mejoró su infraestructura. «Chevron no hizo más allá de lo que le correspondía con su participación en las empresas mixtas. Si se le extiende la licencia, no va a producir mucho más de lo que produce actualmente, porque no va a disponer más recursos en las actuales condiciones del país».
Al ser consultado sobre la presencia de China en Venezuela y principalmente en su asociación con Pdvsa en una empresa mixta, Pacheco prevé que no ejecutará mayores inversiones a las que realiza actualmente.
«China no ha invertido prácticamente mucho desde el año 2003 y no creo que lo haga. China lo que espera es cobrar la deuda que le tiene Pdvsa y han mantenido muy mala experiencia en su relación con Venezuela», dijo Pacheco.
Para Luis Oliveros, economista y decano de la Facultad de Economía de la Universidad Metropolitana, sea la decisión que se tome, tendrá impacto directo en la economía venezolana, pero cero impacto en lo político, ya que «el gobierno desde hace años se navega entre las sanciones».
Destacó, no obstante, que la posible salida de Chevron implica la venta del petróleo venezolano en condiciones menos favorables. Esto implicaría el descenso en los ingresos que percibe el Estado venezolano y que la disminución del ingreso en divisas terminaría lastrando el crecimiento económico del resto de los sectores productivos.
El precio del crudo Merey, que es la referencia del petróleo venezolano, ha experimentado una tendencia a la baja en los últimos meses. En abril pasado, el precio promedio del barril fue de 56,72 dólares, el más bajo en siete meses. Esta cotización es igualmente menor al promedio de enero y febrero de 65,95 dólares el barril.
Oliveros señaló que inevitablemente habrá un retroceso en los niveles de producción de la industria venezolana y que aunque la compañía estatal Pdvsa asuma el control de los campos que dejará Chevron, tendría dificultades para hacerlos funcionar con la misma efectividad. También habría un impacto en el precio de venta final del crudo nacional.
«Es factible que Pdvsa asuma el control de los campos petroleros que deje Chevron, pero obviamente ahí van a aparecer inconvenientes desde el punto de vista de operatividad. Surgirán problemas por la falta de capital, de personal y un gran etcétera. Vamos a tener muchos problemas porque a Pdvsa le va a costar mantener la producción. Muy posiblemente vamos a ver un retroceso», dijo en entrevista con Fedecámaras Radio.
La novela Chevron
La licencia a Chevron fue otorgada por el entonces presidente estadounidense Joe Biden en noviembre de 2022, en el marco de negociaciones con Maduro para la convocatoria de elecciones presidenciales que finalmente se realizaron el 28 de julio de 2024. Sin embargo, desde que Trump hizo campaña para su candidatura a los comicios en EE. UU. y hasta que inició su mandato fue enfático al señalar que «no se comprará una sola gota de petróleo a Venezuela».
Es así como el 26 de febrero de 2025, Trump anunció en su cuenta de X la revocación de las licencias asociadas al acuerdo petrolero otorgado por Biden. Pero poco tiempo después, la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC, por sus siglas en inglés) emitió el pasado 4 de marzo la Licencia General 41A, que dio a Chevron solo un mes para desmantelar operaciones.
Seguidamente, el 24 de marzo se publicó la Licencia 41B con la que se extendió el plazo hasta este 27 de mayo para que la petrolera finalice sus operaciones de manera ordenada en Venezuela.
La afirmación de Trump sobre el crudo venezolano parece nuevamente ser ya una realidad luego de las recientes declaraciones del secretario de Estado norteamericano Marco Rubio, quien confirmó que «la licencia petrolera pro-Maduro de Biden en Venezuela vencerá según lo programado el próximo martes 27 de mayo».
De acuerdo a una información de la agencia Bloomberg, la administración Trump preparó una licencia ajustada a Chevron que le permita realizar un mantenimiento mínimo de sus operaciones esenciales en Venezuela.
De formalizarse, esta nueva autorización sería muy similar a la otorgada por Trump en 2020 durante su primer periplo por la Casa Blanca. En aquel momento la licencia restringía a la petrolera a realizar funciones esenciales, sin permitir nuevas inversiones ni la exportación de crudo venezolano. Pero, ¿cuáles son los efectos de cualquiera de las medidas que se adopte?
¿Qué se espera?
Pase lo que pase con la licencia a Chevron, los expertos no esperan una discontinuidad de la actividad en los pozos ni en los mejoradores. Aunque sí tendrá su impacto en la extracción, en las exportaciones y en los flujos de divisas. Por otra parte, tras una eliminación de la licencia entraría a funcionar el sistema discrecional de aranceles secundarios al petróleo venezolano, lo que generaría un impacto mayor.
Esto dicen los expertos consultados:
1.- Revocatoria:
La decisión afectará de inmediato la producción petrolera venezolana, que depende en 20% a 25% de los 200.000 barriles diarios que aporta Chevron. Otros 100.000 b/d proviene de las otras empresas extranjeras. Por lo que el volumen de extracción de entre 800.000 b/d y 1 millón de b/d, según fuentes secundarias y las fuentes oficiales, respectivamente, caería a un mínimo de 600.000 b/d.
Petróleos de Venezuela seguirá operando los proyectos de las empresas mixtas, tal y como lo hizo cuando Chevron aún no tenía la Licencia 41. Sin embargo, la compañía estatal no cuenta con los ingresos necesarios para encargarse de todas las operaciones.
Ante este panorama, la caída de la producción petrolera será de 11% en 2025, alcanzando los 770.000 b/d, de acuerdo a estimaciones del Instituto de Investigaciones Económicas de la UCAB. Mientras que se proyecta una disminución del PIB de entre 2% y 7,5%, según el Observatorio Venezolano de Finanzas.
Seguidamente se verán impactados los flujos financieros del país. Según cálculos de Ecoanalítica, el 85% de los ingresos en divisas de Venezuela provienen de la producción petrolera y de ese porcentaje cerca del 30% lo genera la petrolera estadounidense. «Chevron es también responsable del 40% de los dólares que se liquidan para el sector privado para financiar importaciones. Esas cifras puedan dar una idea del gran peso que tiene esa licencia para Venezuela», dijo Asdrúbal Oliveros, socio-director de la consultora.
Se estima que Venezuela perderá entre 3.100 millones y 4.000 millones de dólares.
Hasta la fecha, Chevron ha logrado cobrar 66%, aproximadamente, de lo que le adeuda Pdvsa, por lo que aumentará la acreencia al no contar con la licencia, a menos que la petrolera estadounidense abandone por completo su negocio en Venezuela, y de ser así, ese pago quedará en stand by.
2.- Operaciones mínimas:
Con una licencia que le permita a Chevron mantener operaciones mínimas para salvaguardar sus activos en el país, la situación de la economía venezolana será similar a la de una revocatoria por parte de la OFAC.
El Instituto de Investigaciones Económicas de la UCAB proyecta que los ingresos bajen a 13.100 millones de dólares en 2025 versus los 18.900 millones de dólares en 2024.
Antes de obtener la Licencia 41 que flexibilizó las restricciones que tenía para operar en Venezuela, Chevron contaba con la Licencia 8 que le permitió continuar en el país con operaciones básicas en sus instalaciones, es decir, dejar un personal mínimo para velar por el mantenimiento de los activos. La suerte de los trabajadores dependerá de los términos a los cuales llegaron ambos socios, en acuerdos que no fueron dados a conocer al ampararse en la Ley Antibloqueo.
Pdvsa tratará de asumir el control de las empresas mixtas, pero con su limitada capacidad para invertir en la industria es poco lo que puede hacer para aumentar producción. Mientras que la política de sanciones la obligará a vender el crudo con descuentos de hasta 50%.
2.- Extensión de 30 0 60 días:
Aún se plantea la posibilidad de una nueva extensión, pero de 30 días, y con algunas limitaciones.
No se esperan mayores cambios. La producción petrolera continuará en torno al millón de barriles diarios, pero con menores exportaciones e ingresos en divisas por el arancel de 25% para quienes compren crudo y gas venezolano.
Una caída de la economía será en menor medida que en el caso de revocatoria u operaciones mínimas de Chevron.
Continuará la oferta de divisas en el mercado interno, aunque continuarán las presiones cambiarias debido a la poca confianza de los venezolanos en la política económica de Maduro.
Luis Oliveros: «Es difícil mantener la producción petrolera sin Chevron»
Para el economista Luis Oliveros, el eventual cese de operaciones de la compañía petrolera norteamericana Chevron inevitablemente implicaría un retroceso en los niveles de producción de la industria de hidrocarburos venezolana. El catedrático indicó que, aunque la compañía estatal PDVSA asuma el control de los campos abandonados por Chevron, tendrían dificultades para hacerlos funcionar con la misma efectividad. Por el contrario, la retirada de Chevron traería problemas para mantener la producción petrolera y también impactaría el precio de venta final del crudo nacional.
«Es factible que PDVSA asuma el control de los campos petroleros que deje Chevron, pero obviamente ahí van a aparecer inconvenientes desde el punto de vista de operatividad. Surgirán problemas por la falta de capital, de personal y un gran etcétera. Ahí vamos a tener muchos problemas porque a PDVSA le va a costar mantener la producción petrolera. Muy posiblemente vamos a ver un retroceso», dijo Oliveros en entrevista con Fedecámaras radio.
Igualmente, la salida de la compañía de los Estados Unidos implica la venta del petróleo venezolano en condiciones menos favorables. Esto implicaría el descenso en los ingresos que percibe el Estado venezolano por concepto del mercado energético mundial. La disminución del ingreso en divisas terminaría lastrando el crecimiento económico del resto de los sectores productivos, explicó Oliveros.
No obstante, durante la entrevista que Oliveros sostuvo con Fedecámaras Radio, también habló de la posibilidad de prolongar las licencias que permiten operar a Chevron por un plazo de 60 días más. En su opinión, este plazo es insuficiente para generar la confianza que necesita el sector petrolero para atraer inversiones a largo plazo. «En 60 días no se resuelve este problema. Esto te da un poco de oxígeno por 60 días, pero sigues generando incertidumbre y sigues generando problemas. Si al final de los 60 días se terminan estas licencias, los problemas que ya conversamos vendrían igualmente».
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