Alemania cuenta con una ventaja competitiva «desleal» respecto a sus socios europeos gracias al «auge de los sueldos bajos y la precariedad laboral», reconoció el secretario de Estado alemán de Asuntos Europeos Michael Roth.
«Con el auge de los sueldos bajos y la precariedad laboral en Alemania, nos hemos dotado de una ventaja desleal hacia nuestros socios. Habrá que corregir esto progresivamente», afirmó Roth en Berlín.
Según él, el nuevo gobierno de coalición formado por los conservadores de la canciller Angela Merkel y los socialdemócratas ha enviado ya «una señal clara», al introducir un salario mínimo universal de 8,5 euros la hora, que deberá aplicarse a más tardar en 2017.
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