Que Venezuela se haga cargo del grueso del suministro de petróleo a Europa, que la producción estadounidense no es capaz de garantizar, debería servir para abaratar el precio de unas materias primas fundamentales para la economía mundial
Venezuela y el bloque formado por EE. UU y la UE han tenido una relación agridulce, con más de agrio que de dulce, durante los últimos años, aunque los recientes acontecimientos podrían dar, y de hecho ya han dado en cierto modo, un vuelco a la situación, hasta tal punto que una delegación estadounidense contactó a principios de marzo con el gobierno de Maduro con la intención de que Venezuela supliera con sus recursos las necesidades energéticas de una Europa que intenta minimizar sus importaciones de materias primas rusas, lo que ha llevado a algún analista a considerar que Rusia se ha convertido en un competidor de nuestra nación caribeña.
Que Venezuela se haga cargo del grueso del suministro europeo, que la producción estadounidense no es capaz de garantizar, sobre todo de los países del centro y del norte de continente, ya que gran parte del sur del continente se suministra por parte del gas argelino, debería servir para abaratar el precio de unas materias primas fundamentales para la economía mundial.
El precio del petróleo continúa bajando
Tanto el barril de brent como el de WTI han bajado cerca de 22 dólares desde el pico máximo del 2022, alcanzado el 8 de marzo, cuando el brent cotizaba a 127,59 dólares y el WTI a 123,15 dólares, y sin embargo el precio de la gasolina no ha bajado en la misma medida en gran parte del mundo, por lo cual no parece que en el corto espacio de tiempo la caída del precio del crudo en sus distintas variantes vaya a verse reflejado en los precios de la energía y el transporte, que son de las causas principales de que la inflación suba o baje, y que en este caso, según el FMI y en gran parte por los efectos de la guerra, va a lastrar las perspectivas de la economía mundial, aunque es de esperar que tarde o temprano la moderación del precio del crudo termine por verse reflejado en el precio de sus derivados.
Tecnología norteamericana para ampliar la producción de petróleo
Chevron es la única compañía petrolera estadounidense que aún opera en Venezuela
A pesar de las malas relaciones pasadas entre Caracas y Washington, que podrían quedar atrás tras la decisión de los aliados de penalizar o prohibir las importaciones de petróleo ruso, la cooperación en materia de explotación del crudo venezolano nunca ha dejado de existir, de hecho, la petrolera estadounidense Chevron, cuyas acciones cotizan en máximos históricos, ha seguido operando en el territorio nacional a pesar de la disposición en contra de la anterior administración estadounidense.
Y precisamente Chevron aseguró a finales del mes pasado que en poco tiempo podría duplicar la extracción de crudo venezolano, lo que, teniendo en cuenta los precios actuales de esta materia prima, supondrá para el país la entrada de las divisas fuertes de unos Estados que pretenden cortar la relación comercial con Rusia, uno de los mayores exportadores de crudo del mundo.
El valor estratégico y económico del petróleo
Está claro que el petróleo es una de las materias primas más importantes, si no la más importante, del mundo, hasta tal punto la geopolítica del último siglo ha orbitado en torno a su control, pero también tiene una dimensión económica fundamental, no en balde los países que cuentan con grandes reservas en el subsuelo financian una buena parte de su gasto público gracias a la exportación del mismo, además de suministrar a los consumidores internos reduciendo de esta forma la dependencia del exterior, además de que el comercio de crudo es una parte importante de la actividad bursátil e incluso extrabursátil mediante un bróker de trading para todos aquellos inversores capaces de asumir los riesgos de operar en mercados que se han demostrado de alta volatilidad y con herramientas como el apalancamiento.
Dependiendo de la cotización exacta, Bloomberg calculó que Venezuela podría obtener cada mes entre mil quinientos y dos mil millones de dólares, lo que se incrementaría si se cumplen las previsiones de Chevron de duplicar la extracción de petróleo en los próximos meses, además, estos ingresos extras llegarían en la divisa internacional por excelencia, dólares, o en euros, según se negocie con la Unión Europea, que son precisamente dos divisas fundamentales para importar productos de alto valor añadido como la tecnología necesaria para mantener a pleno rendimiento la industria petrolera nacional, generando una sinergia positiva que no puede más que redundar en beneficio de las arcas públicas en un momento en el que la recuperación económica mundial está en entredicho.
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