Cristiano buscará más goles ante su víctima preferida. Le ha hecho 21 goles en 14 partidos, diez de ellos en Sevilla donde le temen
Foto: AFP
El Real Madrid, líder de la Liga española, visita uno de los estadios más complicados, la «Caldera» del Ramón Sánchez Pizjuán y a un Sevilla alicaído tras su nueva derrota ante el Manchester City en Champions League, como última prueba dura antes de disputar el Clásico frente al Barcelona.
Incertidumbres de lado y lado
Si está abierto el debate del futuro en el Real Madrid del portugués Cristiano Ronaldo y también ha saltado el asunto de la imputación judicial del francés Karim Benzema por su supuesta implicación en el chantaje a su compañero de selección Mathieu Valbuena con un vídeo sexual, el Sevilla también anda revuelto tras sus dos últimas y decepcionantes derrotas. El equipo de Unai Emery perdió el pasado sábado en Villarreal (2-1) tras un mal partido y sigue alejado de la zona alta de la tabla, a lo que unió una nueva derrota el martes en la «Caldera» (1-3) ante el Manchester City, y que deja los hispalenses con un pie fuera de los octavos de final de la Liga de Campeones. Para hoy, Emery tiene la baja por lesión del delantero francés Kevin Gameiro, por lo que es posible que repita con el polaco Grzegorz Krychowiak y con el delantero Fernando Llorente. El club blanco llega a Sevilla con buenos resultados pero sin sensaciones que enamoren a su afición, líder de la Liga y clasificado para octavos de final de Champions tras tumbar sin brillo al PSG, con temas extradeportivos que afectan a su día a día. Mientras que para suerte del DT Rafa Benítez, el colombiano James Rodríguez y el galés Gareth Bale, ya recuperados de sus respectivas lesiones, reaparecerán en el Sánchez Pizjuán. De nuevo tiene que parar el costarricense Keylor Navas, que deja por segundo partido consecutivo en Liga su puesto a Kiko Casillas por una sobrecarga muscular. Las novedades en el equipo de Benítez afectan a la defensa por la lesión del brasileño Marcelo. Nacho Fernández es el principal candidato a ocupar una demarcación en la que el Real Madrid no dispone de un sustituto natural.
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