Foto: Agencias
Para triunfar en una era de paridad en el béisbol de Grandes Ligas, los equipos hurgan todo clase de métodos para conseguir una ventaja competitiva. La última Serie Mundial lo evidenció mejor que nunca. Los Gigantes de San Francisco se convirtieron en el primer equipo de la Liga Nacional desde la década de los 40 en ganar tres campeonatos del Clásico de Otoño en un período de cinco años.
Su fórmula se basó en un abridor extraordinario como Madison Bumgarner, un bullpen infranqueable y hacer contacto con la pelota. Del otro lado estuvieron los Reales de Kansas City, empleando los mismos ingredientes, poniéndole énfasis a la velocidad en las bases.
Representaron a la perfección los mercados «pequeños» que ahora pueden pelear de tú a tú con las billeteras de gigantes como los Yankees de Nueva York y los Medias Rojas de Boston.
Novedades
La de 2014 fue la primera temporada desde 1993 en la que tanto los Yankees como los Medias Rojas no avanzaron a lo postemporada. Desde el 2000, 29 de los 30 equipos se han clasificado a los playoffs, con Azulejos de Toronto como la única salvedad.
La última Serie Mundial fue inédita: un duelo entre dos rivales que no alcanzaron las 90 victorias en la temporada regular, pero que ofreció una vibrante contienda que se fue al máximo de siete juegos y acabó con la carrera del empate en la tercera base con dos outs en la novena entrada.
En la campaña regular, Kansas City fue el equipo con menos jonrones (95), pero el que registró más bases robadas (153). Quizás el dato más notable fue que los Reales se poncharon en el 16.3% de sus apariciones al bate durante la temporada, el porcentaje más bajo en Las Mayores.
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