Mayweather combinó boxeo con atletismo

Foto: AFP

Esta vez hubo claridad, pero menos emociones. Floyd Mayweather ganó una decisión unánime a Marcos Maidana en la Arena Garden del MGM Grand en un pleito que estuvo lejos de ser la continuación de la emocionante pelea que habían ofrecido en mayo pasado ambos.

Mayweather (47-0, 26 KO) retuvo los cetros de peso Welter del Consejo Mundial de Boxeo y Asociación Mundial de Boxeo, así como el Superwelter del Consejo Mundial de Boxeo al llevarse tarjetas de 115-112, 116-111 y 116-111 ante un Maidana (35-5, 31 KO) que equivocó la estrategia, aunque cabe señalar que encontró a un Mayweather mezquino, más preocupado por no pasar sobresaltos que por brindarse como la gente esperaba.

Inteligencia

La tarjeta de Joe Cortez, analista de ESPN, era de 118-110 para el estadounidense. Maidana más tranquilo buscó hacer su pelea desde el primero. Quería efectividad y para lograrla debía ser más inteligente. Con esa cautela buscó de a poco el santafesino, pero le faltó la presión que necesitaba. Mayweather le metió bien una mano izquierda pero peleó a su ritmo y distancia, cómodo el Campeón.

Al segundo Maidana metió un poco el acelerador, sin ir a la cabeza buscó mejor al cuerpo y le dio resultados porque logró conectar sólidos obuses al estadounidense, quien apremiado por la situación esquivó de forma grande un misil de mano derecha y luego fue a poner orden, dictando con la mano izquierda.

El mejor libra por libra del mundo lució en el tercero. Primero con la izquierda de gancho, luego con la derecha recta, Maidana hambriento, casi furioso no encontraba su objetivo y sí recibía castigo de un veloz, en plan maestro, Mayweather, hasta que una sólida derecha hizo trastabillar a Floyd cuando ya sonaba la campana.

Con la ventaja clara para el último asalto, Mayweather salió a rehuir realmente del combate, cualquier encontronazo era una alerta para él y decidió ser mezquino con el boxeo, se guardó demasiado, recibió abucheos y aunque Maidana le buscó, tampoco pudo acortar lo suficiente el terreno para dar la campanada. Al final Mayweather debía ganar, con claridad, pero dejando con ganas de más al público.