Los blancos en caída libre

1209 deporte (5)
27 de marzo, 2014 - 6:54 pm
Redacción Diario Qué Pasa

1209 deporte%20%285%29

Foto: Agencias

El pasado domingo, el Madrid, líder del campeonato, soñaba con aventajar al Barça en siete puntos. Cuatro días después es tercero, a ocho jornadas del final, y con la hazaña como única escapatoria. Ese es el efecto de la derrota 2-1 contra el Sevilla, un equipo que sacó el máximo rendimiento de su talento y su plan, y que se encuentra ahora a seis puntos de la Champions.

El partido fue extraño. Antes del primer minuto, el Sevilla tuvo una oportunidad de marcar. Fue una jugada ensayada en la que falló el último actor. Pareció una pista falsa. A partir de ese instante, el Madrid se adueñó del partido con la colaboración de su oponente. En posición defensiva, el Sevilla entregaba dos tercios del campo.

Y no tardó en hacerlo. El gol, no obstante, tuvo más conexión con la insistencia que con la lógica. Cristiano sacó una falta directa y el balón golpeó en el brazo de Bacca (14’), que lo sacó a pasear mortalmente, como un aspa de molino. La barrera, por cierto, fue un descalzaperros. El Madrid se puso en ventaja y con el mundo tan a favor que solo debía preocuparse de los esporádicos contragolpes del Sevilla. Pero no se preocupó demasiado. Cinco minutos después, un error de Xabi Alonso provocó la avalancha sevillista y el gol de Bacca, esta vez con un pie y en la portería correcta.

No hubo cambio de planes. El Sevilla siguió entregando campo e iniciativa, y el Madrid se vio obligado a un ejercicio que le gusta poco: pensar, cocinar las jugadas, hacer chup-chup. Pese a todo, disfrutó de buenas ocasiones, casi siempre gracias a ocurrencias de Benzema.

A los 17 minutos de la reanudación llegó el gol. En el Calderón. El Atlético apretaba a 500 kilómetros. Poco después, marcó el Sevilla (72’). Contra la lógica y contra el viento. Fue la primera vez que Rakitic estuvo a la altura, inmensa, de Rakitic: sombrero a Pepe con la espuela, carrera y pase medido a Bacca, que no es rumiante, sino carnívoro. El Sevilla vivió su rato más plácido. Ya no estaba solo. Se había aliado con el millón de enemigos que martilleaban la cabeza de su rival. Inseguridad, se llama eso.

NOTICIAS SUGERIDAS

Comente