Kyle Schwarber disparó un triple de dos carreras en la victoria de su equipo
Foto: Agencias
Un cuadrangular en Cleveland, un triple en Cincinnati. En todas partes de su estado natal, Kyle Schwarber demostró que puede hacerlo todo. Schwarber disparó el domingo un triple de dos carreras que llevó al Equipo Estados Unidos a un triunfo de 10-1 sobre el Equipo Mundial en el Juego de Promesas, que fue dirigido por dos leyendas de la Gran Máquina Roja de Cincinnati.
El receptor de los Cachorros, apreció el significado de lo que representó su batazo, pues de niño, en Middletown, Ohio, su equipo predilecto eran los Rojos. Había soñado con el día en que pudiera jugar en el Great American Ball Park y ver lo que podía hacer. Y el domingo se quitó la duda y cumplió el sueño. «Fue fantástico subir esos escalones y pararse en el campo en el que crecí viendo a los Rojos», admitió Schwarber. «¡Los ojos se me abrieron! Pero a la hora de jugar, todo eso se fue».
Para el Equipo Mundial, que jugó bajo el mando del cubano miembro del Salón de la Fama, Tony Pérez, inicialista de la Gran Máquina Roja. El primer bate, el dominicano Ketel Marte, de los Marineros, tuvo un par de sencillos y produjo una carrera. Marte, de 21 años, batea para .343 en Triple-A Tacoma esta temporada.
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