La celebración fue modesta en la vieja casa de Miguel Cabrera. Después de todo, sus familiares estaban seguros de que el antesalista repetiría el MVP, aunque eso no les impidió sorprenderse al escuchar la noticia, como sino hubiesen sospechado nada nunca. El anuncio iba a ser dado en la noche del jueves, todos lo sabían, pero ya en la tarde el patio del hogar en el que se crió Miguel, ubicado en el barrio La Pedrera, en Maracay, estaba lleno de primos y tíos del pelotero. Veían los canales deportivos en la televisión, quizá buscando algún adelanto.
Finalmente se dio la noticia y comenzó la celebración. La señora Gregoria, madre de Miguel, se tardó un poco en comunicarse con su hijo, hasta que lo logró. «Cuando lo felicité me dijo «gracias mamá, también te amo», contó Gregoria. «Antes le mandaba mensajes diciendo que el corazón se me iba a salir y él me decía que me quedara tranquila», continuó.
Describió al toletero como «una persona muy sencilla, si estuviese aquí hubiera estado sentado en una silla con todos los niños echando broma. Me imagino que su emoción debe ser tan grande como la nuestra». «Este año no pudo por la lesión, pero para el próximo estaremos de nuevo por la triple corona», advirtió. Allí aparecieron las bebidas, hubo un brindis y la celebración continuó, como ya se hace costumbre para la familia Cabrera.
Consejos y regaños
La madre de Cabrera vio cómo su hijo jugó lesionado durante un tiempo y por eso cree que el MVP lo tiene más que merecido. «Se merece todos los premios. Jugó lesionado, a mí me consta», dijo. La señora Gregoria intentó intervenir, pero fue en vano.
«Una sola vez lo regañé por un juego en el que se tiró en la segunda base, yo le llamé la atención cuando íbamos caminando por el pasillo del estadio y él se me puso bravo. Me quedé quieta, pero él sabe que yo tenía razón, no tenía por qué haberse deslizado en segunda», bromeó. «Conociéndolo como lo conozco él se sentía impotente porque quería estar al 100%», sentenció.
Fotos: Agencias
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