Catar, dirigida por el español Félix Sánchez, organizador del Mundial 2022, ganó por primera vez la Copa de Asia al batir en la final a Japón por 3-1, este viernes en Abu Dabi.
Abu Dabi- Los cataríes, que han dominado la competición con autoridad, se adelantaron en la primera parte mediante Ali Almoez (12) -mejor goleador de la competición con 9 tantos-, nacido en Sudán, y Abdulaziz Hatim (27). El primer gol fue un remate acrobático en el área y el segundo un disparo a la escuadra.
Ali se convirtió en el primer jugador en marcar nueve goles en una fase final de la Copa de Asia después de habérsele permitido horas antes jugar la final tras una protesta de Emiratos Árabes Unidos, que perdió con Catar en semifinales, por presunta alineación indebida.
Japón, cuatro veces campeón de Asia y favorito para el título, recuperó la esperanza con un tanto de Takumi Minamino (69) pero Akram Afif hizo la sentencia de penal a diez minutos del final, después de que el árbitro sancionara una jugada tras consultar el VAR (Vídeo de Asistencia al Arbitraje). Con 19 goles marcados y solo uno encajado en siete partidos, Catar sucede a Australia, vencedor en 2015, en el palmarés de la prueba.
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Esta victoria no es solo deportiva para Catar, toma forma de revancha política ante sus vecinos del Golfo Pérsico -Arabia Saudí, Emiratos, Baréin y Egipto- que desde junio de 2017 rompieron toda relación diplomática y económica al acusar al país de apoyar movimientos extremistas y acercarse al rival regional de Riad, Irán. Los jugadores de la selección dirigida por el español Félix Sánchez han superado un ambiente hostil y la tensión extradeportiva. En semifinales, tras ganar 4-0 al anfitrión Emiratos, recibieron una lluvia de zapatos y proyectiles desde la grada cuando festejaban el triunfo.
Además han tenido que jugar todos los partidos casi sin aficionados, ya que los ciudadanos de Catar tienen prohibido viajar a Emiratos. Sin embargo en la final reinó un ambiente sereno. El triunfo de Catar supone además recoger los frutos de años de inversión en un proyecto que tiene como objetivo brillar en el Mundial 2022, en el que será el flamante anfitrión.
Este triunfo encuentra su origen en la famosa academia Aspire de Doha, creada en 2004 para encontrar talentos cataríes en el campeonato nacional. Catar fue también a buscar a Félix Sánchez, de la academia del Barça, en 2006, para hacerse con las riendas de la selección, lo que ha dado sus frutos para el pequeño emirato del Golfo, al que habrá que tomar en serio en su Mundial-2022.
Japón, por su parte, nunca había perdido una final de Copa de Asia, ganando la anterior que había disputado en 2011.
Foto: Agencia
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