Foto: Agencias
La excusa de un capicúa número 55 le sirvió ayer al tenor español Plácido Domingo para regalarle al público mexicano una noche que arrancó con ópera y aplausos y acabó con gritos y mariachis, todo para agradecer la fidelidad del público que lo vio nacer como artista.
A sus 74 años, Domingo celebró ante unas 9 mil personas en el Auditorio Nacional de la capital mexicana y durante tres horas de concierto, sus 55 años en los escenarios de México.
Menos de un mes después de someterse a una cirugía para extirparse la vesícula, el tenor español se mostró totalmente recuperado y emocionado. «Deseo que no sea la última vez», dijo.
«Qué emoción tan grande. Nunca pensé en empezar a cantar ni en cantar tanto tiempo», señaló el artista y recordó que los mexicanos fueron «el primer público» que le escuchó cantar ópera, agregó.
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