La multitudinaria gira musical que protagoniza actualmente en Latinoamérica se ha convertido en toda una montaña rusa de emociones para Pablo Alborán, ya que reconoce que el hecho de verse rodeado de miles de espectadores en cada uno de sus recitales le catapulta a un estado de éxtasis que, una vez terminado el concierto, se desvanece y le hunde en la mayor de las soledades al volver a encerrarse en su habitación de hotel.
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