Música y discapacidad

22 de febrero, 2015 - 2:51 pm
Redacción Diario Qué Pasa

Foto: Cortesía

Importante es definir ante todo qué es la discapacidad. La discapacidad es aquella situación bajo la cual ciertas personas presentan alguna deficiencia física, mental, intelectual o sensorial que les afecta la forma de interactuar y participar plenamente en su entorno familiar y social. Hasta hace poco se les decía «incapacitados».

La Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad tratada por la ONU en 2006, define de manera genérica a quien posee una o más discapacidades como «persona con discapacidad» y nuestras leyes venezolanas también.

En ciertos ámbitos, términos como «discapacitados», «ciegos», «sordos», etc., aún siendo correctamente empleados, pueden ser considerados despectivos o peyorativos, ya que para algunas personas dichos términos «etiquetan» a quien padece la discapacidad, lo cual interpretan como una forma de discriminación. En esos casos, para evitar conflictos de tipo semántico, es preferible usar las formas «personas con discapacidad», «personas con deficiencia auditiva», «personas con movilidad reducida», «personas con discapacidad visual» y otros por el estilo, pero siempre anteponiendo «personas» como un prefijo, a fin de hacer énfasis en sus derechos humanos y su derecho a ser tratados con igualdad.

Las causas más frecuentes de discapacidad son: al nacer, por enfermedad o por accidente.

Ahora bien, la música es una disciplina que siempre se ha relacionado con el área intelectual. Esto no es producto del azar, sino que, aunque se trate de un arte, requiere una precisión y una meticulosidad que ayuda a desarrollar las capacidades intelectuales del niño, y si éste tiene dificultades de aprendizaje, la cuestión es adaptar el ámbito musical a su tipo de discapacidad.

Quien aquí tiene el privilegio de escribir para ustedes, fundó junto a un excelente equipo de músicos, el programa de Educación Musical para Niños Especiales y Personas con Discapacidad en la escuela Alfredo Sadel de Maracaibo con resultados excelentes y experiencias altamente satisfactorias.

En dicho programa los niños con síndrome de Down mostraron habilidades para los instrumentos de percusión: congas, batería, maracas, guiros, bongó, triángulos, etc. Los niños y jóvenes con autismo se desenvolvieron muy bien con los instrumentos armónicos y melódicos: guitarra, cuatro, piano, flauta dulce; y las personas con discapacidad visual con instrumentos de cuerdas: canto, guitarra, cuatro y piano.

Es importante destacar que estas personas sienten el afecto a través de la música, de sus familiares e instructores convirtiéndose en una amorosa herramienta que facilita su interacción con su familia y ámbito social.

Insistiendo en el área de los niños con síndrome de Down he comprobado que los elementos de percusión (instrumentos que resuenan por un impacto), son una familia musical interesante para ellos porque ejercita habilidades motrices no demasiado complicadas y las combina con elementos estructurantes de la música como el ritmo, el compás, la participación en actividades grupales y la integración social.

Hasta el próximo domingo, con el favor de Dios.

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