Foto: Agencias
Sin duda alguna Jennifer López sigue siendo «la misma chica». Orgullosa de sus raíces latinas y más aún, de las humildes, JLo regresó al barrio neoyorkino que la vio crecer para ofrecer a sus «vecinos» un concierto gratuito al cual asistieron más de 25 mil personas.
A pesar de tener 15 años sin presentarse en esa localidad, fue recibida como una integrante más de esa gran familia. Con las tonadas de Same Girl, la novia de Casper Smart, quien fue el gran ausente de la noche, apareció en el imponente escenario vestida con un atuendo muy parecido al que usó en la ceremonia de los Grammy en el año 2000. «¿Cómo se sienten todos esta noche?, estoy feliz de estar en casa. Este es un sueño hecho realidad para mí», fueron las primeras palabras de Jennifer en el Orchard Beach en Pelham Bay Park.
Jennifer cantó en español el tema No me Queda Más de la fallecida Selena Quintanilla, además de interpretar Waiting for Tonight, If You Had my Love y On The Floor. La artista contó con cinco cambios de vestuario, los cuales todos fueron súper reveladores. También compartió el escenario con Ja Rule y French Montana. La cantante interpretó algunos de los temas de su nuevo disco A.K.A, el cual saldrá a la venta el 17 de junio.
Opiniones en contra
A pesar del éxito que tuvo el espectáculo, días previos al evento, un grupo de residentes pidieron a las autoridades que cancelaran la presentación, ya que les preocupaba el problema del tráfico. En una carta escrita por la comunidad, dirigida a los funcionarios de la policía de Nueva York, se les solicitó la suspensión del evento, pues les afecta directamente debido a la ubicación de su colonia. «Nos dirigimos a ustedes en nombre de nuestra pequeña comunidad de 4.500 habitantes, situada junto a Pelham Bay Park, lugar elegido para un concierto gratuito de Jennifer López para 25 mil asistentes, el 4 de junio», se leyó en la misiva. Según ellos, la realización del evento era injusto, pues atentaba contra sus derechos como ciudadanos.
Finalmente, se conoció que a pesar de ser gratuito, un grupo de personas pagó hasta 160 dólares para disfrutar más de cerca el espectáculo, a diferencia de las otras miles que pudieron hacerlo sin pagar un solo dólar.
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