Pese a las flexibilidades respecto al celibato es improbable que veamos a un Papa casado en el siglo XXI
El celibato es algo comúnmente asociado con la religión católica, en especial con los sacerdotes, para un puesto como el del Papa, líder de la Iglesia Católica, uno pensaría que la persona que ocupe este puesto también seguiría el celibato, sin embargo, no hubo uno sino varios Papas que estaban casados al momento de ejercer sus funciones, en la llamada iglesia primitiva.
En un artículo publicado en la página web del Vaticano, se admite que en los primeros años los obispos, presbíteros y diáconos de la iglesia primitiva a menudo eran hombres de familia.
Lea también: Ucrania lista a negociar con Rusia bajo «cualquier formato»
«También está claro… que en los siglos siguientes, los clérigos casados, en mayor o menor número, eran una característica normal de la vida de la Iglesia», se lee.
El artículo menciona como ejemplo de un Papa casado a Hormisdas (514-523), padre del Papa Silverio, su sucesor. Sin embargo, hay historiadores del cristianismo primitivo que sostienen que Pedro y Hormisdas no fueron los únicos.
Según la copresidenta del movimiento estadounidense Catholic for Choice (Católicos por el Derecho a Decidir) y que también aboga por un sacerdocio inclusivo, Linda Pinto, los primeros 39 Papas fueron hombres casados, la ex monja que abandonó la iglesia para casarse con un ex sacerdote, argumenta que no existe ningún requisito explícito de celibato en las enseñanzas de Jesús.
Otros expertos con los que habló el medio BBC, concordaron en que muchos de los primeros líderes de la Iglesia probablemente estaban casados.
Kim Haines-Eitzen, profesora de la Universidad de Cornell (EE.UU.) y experta en cristianismo primitivo, declaró a BBC que hay pruebas de que en la etapa más temprana los clérigos estaban casados. Sostiene que el cristianismo cambió cuando se extendió desde sus raíces judías al mundo grecorromano y adquirió ideas sobre prácticas ascéticas como el autocontrol, la soledad y el celibato.
Después, el emperador Constantino proclamó el cristianismo como religión del Estado, lo que dio a los papas un poder político activo.
«Los papas eran, por lo general, miembros de familias romanas aristocráticas o amigos de los emperadores alemanes en el poder», declaró Niamh Middleton, antigua profesora de teología y filosofía en la Dublin City University.
Con la caída del Imperio Romano en el siglo V, un pequeño reino en torno a Roma se convirtió en los Estados Pontificios (756-1870) con el Papa como gobernante, la iglesia acumuló mucho poder y riqueza, y comenzó una época de intrigas políticas.
«Era habitual que papas, obispos y sacerdotes se casaran y tuvieran concubinas. Todo esto, junto con la inmoralidad sexual durante la ‘edad oscura’ del papado, así como el problema de la simonía -la venta de cargos y funciones eclesiásticas para ganar dinero-, impulsó a Gregorio a iniciar importantes reformas en la Iglesia», explicó Middleton a la BBC.
El catedrático emérito de Historia de la Iglesia en el St Cross College de la Universidad de Oxford, Diarmaid MacCulloch, coincidió que la mayoría de clérigos de la Iglesia de Oriente y Occidente hasta el siglo XII, habrían tenido esposa y sin duda habrían tenido hijos también, en referencia a los dos centros de poder de la iglesia primitiva en Roma y Constantinopla.
Las opiniones actuales de la Iglesia Católica acerca del celibato se formaron en gran medida a partir de una «colección de ideas teológicas formadas en los siglos XI y XII», según MacCulloch.
¿Por qué el celibato se volvió una regla en la Iglesia Católica?
Las personas que apoyan la idea de que los sacerdotes se mantengan célibes citan el ejemplo de Jesús, en los cuatro evangelios del Nuevo Testamento no se menciona a ninguna esposa.
En el capítulo 19 del Evangelio de Mateo, Jesús también recomienda el celibato a los que puedan «por el reino de los cielos».
En cartas atribuidas al apóstol Pablo, dice que lo mejor sería que todos fueran solteros y célibes como él, aunque en su primera carta a Timoteo dice que los obispos deberían casarse una sola vez.
De hecho, la abstinencia de relaciones sexuales es elogiada con frecuencia por los primeros cristianos. San Agustín y Santo Tomás de Aquino, dos de los teólogos más reconocidos de la Iglesia, promovieron el celibato como una forma de dedicarse mejor a las búsquedas espirituales.
Pero como tal, el camino a que el celibato se volviera una norma uniforme y obligatoria en la Iglesia fue largo y controvertido, en el 325 d.C., del Concilio de Nicea, que fue convocado por el emperador romano Constantino, debatió la práctica del celibato sacerdotal, y para el 692 d.C., el Concilio de Trullo estableció el celibato como un requisito obligatorio para los obispo, pero en la práctica aún no se seguía de manera uniforme.
El celibato clerical fue un factor que contribuyó al «Gran Cisma» entre la iglesia católica y ortodoxa en el siglo XI, como lo sería la reforma protestante más de 400 años después.
Las reformas gregorianas del siglo XI y los dos concilios de Letrán de 1123 y 1139, impusieron la continencia (abstinencia de relaciones sexuales) de la forma más rigurosa, y el celibato se volvió finalmente una característica del sacerdocio católico de rito occidental tras la era de reformas del siglo XVI y el Concilio de Trento (1545-1563).
A partir de entonces, la visión católica del sacerdocio «no permitía al sacerdote ser como los demás hombres y tener una esposa, porque representaba a Cristo en la misa, que era soltero», explicó a la BBC James Kelly, doctor de la Universidad de Durham.
«La familia del sacerdote se convertía en su rebaño. Así que la expectativa tanto de la Iglesia como de los laicos era que un sacerdote debía ser célibe», añadió.
Papas que ignoraron la regla del celibato
Pese a todo, hay Papas que se casaron legalmente antes de tomar las Sagradas Órdentes, se cree que San Hormisdas era viudo en el momento de su selección, y después de que Adriano II (867-872) fuera nombrado Papa a la edad de 72 años, tanto su esposa como su hija vivieron con él en el palacio de Letrán (hasta que fueron secuestradas y asesinadas, según los anales de San Bertín, del siglo IX).
También se tiene la creencia de que Juan XVII (1003) y Clemente IV (1265-68) estuvieron casados antes de ser Papas, y que otros tuvieron aventuras ilícitas y engendraron hijos después.
Lucrecia Borgia y Felice della Rovere, dos de las mujeres italianas más influyentes son comúnmente identificadas como hijas ilegítimas de cardenales que llegarían a ser Papas, siendo Borgia hija de Alejandro VI (1492-1503), que fue el Papa más criticado por su promiscuidad, mientras que della Rovere sería una hija del Papa Julio II (1503-1513).
Borgia y della Rovere fueron títeres rivales de la política dinástica de la época, cuando las poderosas familias italianas se disputaban la influencia y el papado.
«Los primeros años de la vida de Lutero, el reformador del siglo XVI, se desarrollaron durante la escandalosamente corrupta era papal de los Borgia. El segundo papa Borgia, Alejandro VI, tuvo varios hijos ilegítimos», señaló Middleton.
«Él (Martín Lutero) también creía que el celibato forzado podía conducir a la inmoralidad sexual».
También se cree que varios Papas entre los siglos XV y XVI, fueron padres de hijos ilegítimos, el medio BBC se puso en contacto con el Vaticano y otras instituciones católicas para comentar la historia de los papas y el celibato, pero no consiguió respuesta.
El celibato actualmente
Pese a que la iglesia ha dado cierta flexibilidad para dar cabida a sacerdotes casados de la Iglesia anglicana y otras iglesias cristianos, el Papa Benedicto XVI junto a su sucesor el Papa Francisco, defendieron el celibato sacerdotal.
La profesora Haines Eitzen espera que la iglesia acepte sacerdotes casados en las zonas rurales y ordenando a mujeres, pero considera que es improbable que aparezca un Papa casado en el siglo XXI.
Pinto, antigua monja franciscana, ahora madre y abuela, y que acaba de celebrar su 50 aniversario de boda, no tiene esperanza de que hayan cambios con el celibato.
«No lo extenderán a las personas que han nacido, han sido bautizadas y han crecido en la Iglesia católica», concluye.
Comente