No es el primer escarceo de Combs con la justicia

La caída de Diddy: todas las acusaciones (y las pruebas) contra el rapero Sean Combs, que dibujan más de 30 años de violencia sexual y extorsiones

Diddy
23 de octubre, 2024 - 12:21 pm
Agencias

Combs lleva desde su detención en una prisión de Brooklyn, sin posibilidad de fianza. Justificada por dos jueces en su historial de violencia, abuso de drogas y manipulación de testigos, más el riesgo de fuga de un hombre cuyas mansiones fueron registradas por el FBI hace unos meses, cuando él estaba intentando embarcar en su jet privado rumbo a las Bahamas

 

El día 16 de septiembre, agentes federales arrestaban en un hotel de Manhattan a Sean Combs, más conocido como Diddy o Puff Daddy, uno de los raperos y productores más exitosos e influyentes de la industria.

Los cargos principales: conspiración para cometer crímenes de forma organizada y trata de mujeres, en una acusación que dibuja que, «al menos desde 2008» y la actualidad, Combs, «abusó, amenazó y coaccionó a mujeres y otras personas, y llevó a cabo actos criminales para la trata de mujeres, trabajos forzados, secuestros, incendios, sobornos y obstrucción a la justicia, entre otros crímenes».

Esto, sólo en los cuatro casos federales que tiene abiertos actualmente (hay más pendientes). En esos «otros crímenes» se incluyen al menos una decena de denuncias por agresiones sexuales, violaciones, sumisión química y un historial de violencia, principalmente contra las mujeres.

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Es la cara oculta de un productor prácticamente milmillonario, habituado a celebrar sus cumpleaños rodeado de amigos y famosos en suntuosas fiestas en sus mansiones de más de 50 millones de euros. Unas White Parties que nadie se quería perder.

Fiestas en las que el rapero y los invitados –que incluían actores de primera línea, escritores, empresarios, millonarios, y un quién es quién de gente importante, sin importar su sector– vestían de blanco y disfrutaban de noches al estilo Gran Gatsby, una figura con la que Combs se ha identificado más de una vez. En 1993, por su 29º cumpleaños, dio una fiesta para una nómina de invitados que incluía a Kevin Costner, Muhammad Ali, Sarah Ferguson o el entonces simplemente empresario Donald Trump.

Diddy

Y así año tras año, mientras en hoteles, estudios de grabación y otros recintos se habrían estado llevando a cabo los abusos. Diddy era tan poderoso como rico, tan famoso como dotado de un toque Midas para la música, que le llevó a producir (al margen de sus propios discos) a artistas tan variados como Mariah Carey, el desaparecido Notorius B.I.G. o el debut de Jennifer Lopez (con la que mantuvo una relación entre 1999 y 2001). Su discográfica, Bad Boy Records, puede presumir de haber vendido más de 500 millones de álbumes.

Combs lleva desde su detención en una prisión de Brooklyn (en la misma sección donde hoy cumple condena el criptoestafador Sam Bankman-Fried), sin posibilidad de fianza. Justificada por dos jueces en su historial de violencia, abuso de drogas y manipulación de testigos, más el riesgo de fuga de un hombre cuyas mansiones fueron registradas por el FBI hace unos meses, cuando él estaba intentando embarcar en su jet privado rumbo a las Bahamas.

Una historia de violencia

No es el primer escarceo de Combs con la justicia: en 1999, él y su entonces novia Jennifer López fueron arrestados (junto a su guardaespaldas y uno de sus «discípulos», el rapero Shyne) tras un persecución por Nueva York tras un tiroteo en un club de Manhattan.

En el coche se encontró un arma ilegal, y la historia se resolvió a medias: Shyne fue condenado a nueve años de prisión por agresión y tenencia ilícita de armas de fuego, el guardaespaldas y Combs fueron absueltos, López no fue acusada de nada y nadie fue condenado nunca por los tres heridos de bala en el altercado.

Una de las heridas, Natania Reuben, defendía y sigue defendiendo hoy que Combs le disparó. Para reabrir el caso, está dispuesta a que le extraigan los restos de bala que aún siguen dentro de su cráneo. Aún así, Reuben demandó en 2008 a Combs por lo civil por 130 millones de dólares y el caso se resolvió en un acuerdo extrajudicial. El caso fue tan prominente que motivó el primer cambio de alias del rapero: fuera Puff Daddy, dentro P. Diddy.

Diddy

Para entonces, según las denuncias que hoy hay sobre la mesa, Combs acumulaba otro historial de violencia más privada (López declaró en 2003 que rompieron porque él le había sido infiel, pero en su reciente documental también señaló que en el pasado le habían «zarandeado y otro par de cosas desagradables» durante su vida sentimental, sin especificar quién): tres mujeres han acusado a Combs de haberlas violado, drogado y agredido en esa década.

Estas acusaciones fueron posibles gracias a la ley que aprobó Nueva York en pleno auge del #MeToo y el caso Weinstein para, temporalmente, eliminar la prescripción de los delitos sexuales. Una temporalidad que acabó en diciembre de 2023.

Cassie, la denuncia que inició todo

Casi coincidiendo en el tiempo con esas tras denuncias, el 16 de noviembre de 2023 Combs fue demandado (por lo civil) por una de sus exparejas: Casandra Ventura, más conocida como Cassie, cantante y modelo, que entre 2005 y 2018 mantuvo una relación intermitente con el productor y en cierto modo jefe, porque Cassie publicaba sus discos en Bad Boy Records, la discográfica que Diddy montó en 1993.

La denuncia es un historial de terror: se conocieron cuando ella tenía 19 años y él 35, y casi desde el principio empezó a drogarla y obligarle a mantener encuentros con prostitutos, que Combs grababa en vídeo (la filmación de Combs de orgías, violaciones, agresiones y encuentros sexuales en general es común en prácticamente todas las denuncias).

Una relación de poder en la que Ventura era obligada a participar en «fiestas enloquecidas» con múltiples participantes, que duraban varios días a base de drogas, lubricante y aceite para bebés, en sus mansiones o en habitaciones de hotel, según se afirma en la demanda. Una relación en la que habría sido sistemáticamente maltratada, con palizas –«ojos morados, magulladuras, sangre»– y, finalmente, una violación en 2018, cuando ella quiso poner fin a su relación. El abogado de Diddy negó en nombre de su cliente «todos los hechos» y calificó la demanda como una serie de «mentiras indignantes». Esto es importante, porque desde ese noviembre el detenido ha negado así todas las acusaciones en su contra.

El caso fue cerrado extrajudicialmente al día siguiente («de forma amigable», según el comunicado publicado por ambas partes), presumiblemente por una buena cantidad de dinero por parte de Combs: el abogado de Cassie había expuesto que antes de la demanda se les había ofrecido una suma de «ocho cifras» y Cassie había demandado por 30 millones de dólares.

El 6 de diciembre de 2023, cuando ya eran cinco las mujeres que le habían denunciado (las ya mencionadas más una víctima anónima que denunciaba haber sido drogada, violada en grupo y grabada por Combs y los suyos cuando tenía 17 años, Combs escribió en su Instagram (en un post hoy borrado, como todo su Instagram excepto dos fotos de sus hijas): «YA BASTA. Las últimas semanas he permanecido en silencio viendo como trataban de destruir mi persona, mi reputación y mi legado. Personas en busca de dinero rápido han lanzado acusaciones enfermizas contra mí. Dejadme ser tan claro como puedo serlo: no hice ninguna de las cosas horribles de las que se me acusa. Lucharé por mi nombre, mi familia y por la verdad».

El vídeo del hotel InterContinental

El 17 de mayo de 2024, CNN publica un vídeo.

Para entonces, ha sido demandado también por Rodney Jones, Jr., productor (de buena parte del último disco de Diddy, entre otros), que en febrero acusó a Diddy de obligarle a mantener sexo de pago con terceros y tratar de coaccionarle para que tuviese sexo con otros hombres, además de amenazarle violentamente.

En marzo, el FBI registra las mansiones de Miami y Los Ángeles del rapero, donde interviene «decenas de dispositivos electrónicos» que pasaron a manos de los fiscales que investigaban las denuncias contra Combs para «comprobar las acusaciones». Es decir, los discos duros y equipos de grabación de las orgías de Combs. También, cerca de «1.000 botellas de aceite para bebés», cifra que corroboraría más adelante la Fiscalía, y encaja con lo descrito por Ventura.

Pero, el 17 de mayo de 2024, CNN publica un vídeo, grabado por las cámaras de seguridad del Hotel InterContinental de Los Angeles, donde se ve a Combs pateando en el suelo a Casandra Ventura.

Combs publicó al día siguiente un vídeo en Instagram: «Es muy difícil volver la vista a los momentos más oscuros de tu vida, pero a veces tienes que hacerlo. Estaba jodido, había tocado fondo, pero no puedo poner excusas, mi comportamiento en ese vídeo es inexcusable. Asumo plena responsabilidad por mis acciones en ese vídeo. Me da asco. Me dio asco cuando lo hice. Me da asco ahora». No es un vídeo de disculpas: no pide perdón a Casandra Ventura. Ni siquiera la nombra. La única persona que aparece en ese comunicado es Sean Combs.

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