El Tamarino y el día que atrapó el rayo de sol

Guacamayo y monito 1
12 de marzo, 2017 - 10:51 am
Herwin Godoy / [email protected]

Todos los días desde la copa de los árboles de la selva Duque veía como salía el sol en la mañana y se ocultaba en la tarde, muchas veces jugada a tratar de alcanzarlo, y daba brincos de una cima a otra, haciendo grandes arcos con cada salto, donde su pelaje color café oscuro se espelucaba con el viento

Ilustración: Herwin Godoy Briceño y Josephlyn López

Maquetación: Josephlyn López

Mientras el travieso mono hacía eso, Rigoleta y Caruco una pareja de guacamayas bandera lo observaban desde las frondosas ramas del árbol de caucho en el que tenían su casa. El mismo que tenían que compartir con Duque que pasaba a diario por allí y como todo mono juguetón de vez en cuando molestaba a sus vecinas.

Pasaba y les halaba las plumas rojas de sus alas o azules de las colas, mientras se reía.

Las guacamayas se molestaban por las travesuras, sobre todo Caruco, él era el más gruñón de los dos. Cuando Duque no jugaba con sus colas, se plantaba frente a ellos y comenzaba a preguntarles lo que se sentía volar y estar más cerca del sol, debes en cuando le enviaba mensaje a la gigante del cielo con ellos, como si pudieran dárselo.

Aquella tarde Duque estaba más juguetón y preguntón que nunca, lo que hizo que el matrimonio de guacamayas perdiera su paciencia y no hallaban que hacer para que el monito los dejara tranquilo, pues ni con tanta sabia de su árbol que comía se callaba la boca de repente a Caruco se le ocurrió un plan que no tenía como fallar, así perderían por siempre a ese pequeño primate.

Caruco al ver que Duque se quedó como siempre mirando cómo se ocultaba el sol le preguntó:

– ¿Quieres  ver al sol en su casa? ¿Dónde se oculta? ¿Lo quieres tocar?

Le preguntó el ave al monito, a quién se le iluminaba la cara y abría los ojos más grande al escuchar cada pregunta, respondiendo a todo con un gran Siiii.
Sin más se puso en las patas del ave para que lo llevara, Rigoleta estaba impactada por lo que escuchaba no podía creer lo que su esposo estaba haciendo, el sol es de fuego le podía quemar las manos a Duque y no era para tanto.

Caruco le picó el ojo a su compañera para que lo dejará hacer la travesura, ella lo siguió volando por los cielos del Amazonas,  pero más para evitar que el monito se quemara que por apoyar a su guacamaya amado.

Rápidamente  llegaron al borde de un tepuy muy cerca del Orinoco, allí vive el grandioso sol,  después de todos esa montañas  se les conoce como Morada de Dioses, la montaña exacta ningún humano la conoce, solo los animales y guardan el secreto.

Al llegar allí, las guacamayas lo posaron y volaron Caruco de regreso, Rigoleta a otro lado del tepuy para no descuidar al monito, Duque estaba encantado con la luz que salía del sol y de inmediato quiso tocarlo, el astro volteó a mirarlo y le saludó con alegría.

– Duque cómo estás ya era hora que vinieras, todos los días te veo saltar por los árboles y siento como tocas mis rayos.

Duque no lo creía, y por primera vez se quedó callado y Rigoleta estaba asombrada por escuchar aquello.

– Quieres tocarme le dijo el sol, a lo que Duque dijo que sí con la cabeza

– Si me tocas directamente te quemarás pero hoy quiero darte un regalo, podrás enrollar mis rayos, podar guardar un pedazo de sol, anda inténtalo le dijo el sol al pequeño Duque.

Duque estiró su mano y mágicamente pudo tomar un rayo con sus manos, al instante el caucho que tenía en sus manos y la cara por su última comida se pintó de dorado y así le quedó, luego de esto y de mucho hablar estos dos buenos amigos, Rigoleta vino a buscarlo y lo llevó con ella a su árbol, haciendo que Caruco le prometiera que iban a tener más paciencia con el pequeño, además que el monito asegurara que iba a dejar de ser tan tremendo.

Y así fue como a estos monitos les cambió para siempre el color de la cara y las manos de café a dorado, pues desde ese día guardan un rayo de sol consigo para que en la noche puedan recordar a su amigo el sol.

Ficha del autor: Herwin Godoy Briceño, periodista, docente universitario, escritor, investigador y coreuta.

Autor de estrategias: Maritza Palencia Totesaut, especialista en educación Inicial, coordinadora de recursos de aprendizaje trabajo colectivo de gestión municipal Maracaibo 7.

Valor que rescata: La amistad y la fe

 Actividades:

Para todos los grados: Pinta a Caruco fijándote de Rigoleta

Comprensión lectora

Escuchar el cuento luego formular preguntas semicomplejas como:

¿Qué animal era Tamarino?, ¿Qué es una guacamaya?, ¿Por qué se le tiñeron las manos al mono?, ¿De qué color se le tiñeron las manos?  Puedes redactar tus propias interrogantes
Colorea las manos del mono Tamarino

Guacamayo y monito___

Niños de 1er. a 3er. grado

Termina la frase: escribe o dibuja en los espacios para completar la frase, según lo escuchado en la narración del cuento:

El mono _______ vive en ___________, el era muy ___________, molestaba a las _____________, y ellas molestas lo llevaron a donde se _______ el ________, al atrapar el ________ se le ___________ las ________ de color _________

De 4to. a 6to. grado

Comprensión lectora.

¿Quién es el personaje principal del cuento?,  ¿Quién son los personajes secundarios?

Describe al mono Tamarino, por qué el sol solo tiñó sus manos y cara?

Da tu opinión sobre el final del cuento, lo cambiarías, escribe el nuevo final y compártelo con tu grupo.

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