Declaratoria del Chimbánguele lleva tres años de espera

CABECEROSUR DEL LAGO E URDANETA
11 de agosto, 2016 - 2:03 pm
Edwin Urdaneta / [email protected]

La experta y única fotógrafo etnográfico en la región, Evelyn Canáan, pieza clave fundamental en la investigación en Zulia

Foto: Agencias

Al menos tres años han transcurrido desde que el Ministerio del Poder Popular para la Cultura convocó a los voceros de los distintos colectivos y comunidades con presencia de vasallos en Zulia, Trujillo y Mérida, para concretar el nombre del expediente que sería presentado ante la Unesco, para optar a una declaratoria como patrimonio cultural. Desde 2013 los ánimos se han enfriado y otras manifestaciones han comenzado a exigir cabida.

Parte del freno de concertar un nombre para el expediente, obedece a que Mérida, uno de los estados a ser considerado en el expediente, exterioriza una creencia o tradición ancestral indígena, más no afrodescendiente como es común entre la devoción dahomeyana propia del Sur del Lago de Maracaibo.

La creencia de San Benito de Mucuchíes, según Arsenio Bermúdez, director de la Alcaldía del municipio zuliano de Sucre, obedece a una fiesta que le ofrecieron a la imagen del santo en el páramo, por librarlos de perder la vida en la batalla independentista de Niquitao en 1813. Allí se establecieron los indios mucuchíes antes de la colonización en 1559.

Bermúdez acotó que las representaciones de los tres estados han sostenido mesas de trabajo sin resultados. Afirmó como zuliano y sucrense que el expediente estaba listo en 2014, pero las 27 poblaciones involucradas solicitaron se pospusiera la entrega para incluir otras 30 comunidades que también participan en la festividad.

Creencia amenazada

Refirió que los elementos que componen la creencia o culto en Sucre y Palmarito, van más allá de la adoración al santo, se trata de la organización social, gobiernos, juntas, cofradías, su expresión musical, la danza, los cantos, lo culinario, los funerales, «lo costoso que ha sido mantener esta manifestación cultural ante la acción depredadora de la cultura mercantilizada» y otras creencias, entre ellas, «nuevas religiones e iglesias como los testigos de Jehová, adventistas, séptimo día, entre otras».

La experta y única fotógrafo etnográfico en la región, Evelyn Canáan, pieza clave fundamental en la investigación en Zulia, comentó que la resistencia africana a la dominación y la preservación de estos aspectos a lo largo de cuatro siglos es más que suficiente para elevar la declaratoria.

«Los africanos, trajeron sus orishas, entre ellos los Ewe-fon quienes provenían de Benin y allí aparecen: Agé, Erzuli, Legba, Damballa del vudú dahomeyano», explicó que durante los tributos se manifiesta la devoción a Chocho, Agé y Sangorongome, que eran dioses africanos). «Si se habla del Chimbángueles, Gaita de Tambora y Tambor Largo, se habla de Sucre, de sus descendientes africanos», versa.

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