Hace días estuvimos de visita en el barrio Santa Rosa II de la parroquia Antonio Borjas Romero en el oeste de Maracaibo. Fue allí donde se produjo hace semanas el rescate de dos víctimas de secuestros. Estuvimos en una de las casas donde se produjo el hecho, por cierto, derrumbada por la misma comunidad.
Las condiciones de vida de las familias son verdaderamente indignantes: no disponen de ningún servicio, calles de tierra, sin iluminación, y un sector que le llaman «El Hato», suerte de terreno enmontado de una gran extensión, que se presta como guarida para cualquier tropelía o escondite de malhechores. Es increíble cómo en nuestra Maracaibo de los adelantos tecnológicos, de universidades, de poetas y artistas, tengamos a esta y otras comunidades en el estado de pobreza y miseria que padecen.
Fue noticia cuando, espectacularmente, y gracias a los cuerpos de seguridad se rescataron a los secuestrados, pero el estado de desamparo y de indefensión le hacen territorio fértil para el malandraje, cuando no de las mafias. Quieren seguridad, pero prefieren la preventiva, la que construye comunidad y no la que termina con víctimas humanas. Es por ello que aguardan por las iniciativas de los gobiernos local, regional y nacional. Afortunadamente está incluido en la Misión Barrio Nuevo, Barrio Tricolor.
Ojalá no tengan que rescatar a nadie más y que la próxima vez que sea noticia lo sea para dar cuenta de la transformación del barrio por acción del Gobierno y de sus gentes. Conversamos con los voceros del consejo comunal, tienen mucha esperanza, energía participativa, hambre de vida, disposición organizativa para consolidar mejores condiciones materiales de hábitat y hacer vivible el barrio. Tenemos que cumplirle.
Tips
• La Alcaldesa y la basura siguen de la mano llevando a Maracaibo al desastre sanitario y paisajístico. La crisis del Imau va palo abajo, con serios y contundentes indicios de hechos gravísimos de corrupción que presentamos en el Clez y cuya comisión especial presido. Para este año disponen de más de 700 millones de bolívares fuertes. Dialoguemos y trabajemos en una salida mancomunada al grave problema. Pero lo que no podemos es hacernos cómplices de estas tropelías, negligencia y desidia y menos recogerle la basura para que ellos reciclen los bolívares del negocio y envíen dólares al exterior.
• Vuelve el debate acerca de las tarifas del pasaje por puesto en Maracaibo. Una vez más. Todos los años el único punto es cuánto se va aumentar; pero del plan de movilidad urbana, de la mejora del sistema, el control y la dirección del tránsito, de los semáforos, de la señalética y de tantas otras dimensiones del problema no se dice nada. El Imtcuma, otro ente de la Alcaldía absolutamente inoperante, es incapaz de orientar el debate y diseñar una política pública al sobresalto y espanto que significa desplazarse por la ciudad.
• Las colas siguen ahí. Tenemos las expectativas y esperanzas de que con todas las medidas «antibachaqueo» que se han tomado, terminen por darle tranquilidad al pueblo zuliano, y que este trastocamiento de la vida cotidiana vuelva por los cauces de la normalidad y hacer que el mercado no sea un asunto de horas y arrecheras.
• Y la Alcaldesa de Maracaibo como si nada. Ajena, ida de la realidad, enajenada de lo que significa para un maracaibero malvivir este caos urbano. No se le ve, ni se oye; y cuando se deja ver u oír… ay Dios mío, en manos de quien estamos!!! Pero ojo, que el Gobierno nacional le ha dado compactadoras, motos y patrullas, incluso ha llegado al colmo de recogerle la basura. Ella ha manifestado que reconoce al presidente Maduro, saluda los escenarios de diálogo y ha manifestado su apoyo al sistema de automatización que controlará el contrabando de combustible. No obstante, voceros de su partido siguen agrediendo y ofendiendo; para la presidenta del Concejo Municipal, por ejemplo, todos los males de la ciudad son responsabilidad del gobierno del presidente Maduro. Y es que, claro, todos se saltan la figura de una Alcaldesa que no tiene su corazón puesto en la tierra amada por el sol.
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