REMEMBRANZAS DE MI BARRIO LAS TARABAS (PARTE II)

18 de abril, 2016 - 6:56 pm
Redacción Diario Qué Pasa

Definido el barrio las Tarabas como elemento urbano de la Parroquia Juana de Ávila, es menester dar un paseo por el ámbito territorial, con el objeto de recordar y conocer la parte humana de las 90 familias que vivían en las calles 61, 60E, 60D. Es decir revisar sus actividades rutinarias, transporte, comercio, recreación y educación. Así como también el equipamiento urbano del cual disponían para las décadas 50-60 y sus relación con los barrios Las Cuarenta, Ziruma, Pueblo Nuevo y Cecilio Acosta, ubicados en su periferia.

Desde el punto de vista de equipamiento urbano, sus características eran similares a los barrios de la época. Se contaba con una pluma de agua, donde los vecinos llenaban sus tobos y la comisaria al frente, en la intersección de la calle 61 (Av. Universidad) con Av. 14B. En cuanto a la educación, comenzaba en la escuelita de la Sra. Prisca Trujillo, en la calle 60D, de donde salimos leyendo y escribiendo, listos para ingresar al Colegio Víctor Ortega Nava a estudiar del 1° a 4° grado. Este fue sustituido en el año 1960, por el Andrés Eloy Blanco de nivel primaria, en Las Cuarenta. Las canchas y estadio eran las calles 60E, 60D y los terrenos de las petroleras, donde funciono el Club Shell, hoy Círculo Militar. En cuanto a la actividad comercial, la comida diaria se compraba en las tiendas, la Libertad del Sr. Baptista en la calle 60E, La Linda (60D), La Gran Batalla en las Cuarenta de Pedro Regalado, La Nueva Lucha de los Pérez, La Preferida en mi casa donde vendíamos a menor escala y la tienda de Rafael y José Mendoza (60D), famosos por su carpintería, donde se hacían el cuatro campana y pusieron los primeros pesebres con luces del barrio. La ropa y otros bienes materiales, se compraban en el Centro de Maracaibo, Mercado Principal y Plaza Baralt, a donde nos movilizábamos en los carritos de Tierra Negra y a partir de 1970 en los impactantes buses de Intracmar. Para nuestros padres existían como sitio de tertulia, La Fuente de Soda del Cine Boyacá, bar El Paraíso y El Cañonazo con su rockola y mesa de brillar.

Vamos ahora a recordar los grupos familiares de la sociedad tarabera y su entorno. En las calles de Las Tarabas tenemos los Colina, Nava, Irausquin, Peinado, Romero, Urbina, Rincón, Canadel, Salas, Trujillo, Ríos, González, Linares, Baptista, Parra, Morillo, Mendoza, Gómez, Hernández, Ferrer, Salazar y Mejías. Hacia Las Cuarenta, vivían los López, Osorio, Rodríguez, Rojas, Lugo, Vejega, Romero, Regalado y Ponne. En el eje Av. Delicias-Cecilio Acosta, estaban los Carrasquero, Velásquez, Marín, Pírela, Morales, Ariza, Chávez y Soto, entre otros. Me siento obligado a recordar muchos amigos por su sobrenombre, El Burro, Cocina (mi papá), La Negra (mi mamá), El Brujo, Piedra, la Rumba, Cabuyera, Clavillazo, Culito, Burro Negro, El Aguao, Chaplin, El Mocho, Pelusa, Cascarita, Caraota, Chichimeca, Ebrita, Medio Millón, Lamparita, Los Carameleros, Chito, Pupi, Perrito, Lumumba y El Negro (yo).

Como en todos los espacios de la vida humana, en el barrio Las Tarabas, de las décadas analizadas, nos encontramos como personas emblemáticas o personajes, por sus actividades o participación comunitaria. Tal es el caso de Hermargoras Parra, el eterno barbero, Rafael y José Mendoza por su carpintería; Amanda Romero con sus grandes bailatas y Mirabal el organizador de las verbenas en sitios cerrados con paredes de palmas y el famoso hombre orquesta maestro Sandrea.

Ahora bien, en mis remembranzas estoy obligado a explicar el porqué del nombre “Las Tarabas”. Pues bien en la calle 61 (Av. Universidad), en los espacios ocupados por el C.C. Dimex y Circulo Militar, al igual que en los barrios circundantes, habían muchos molinos de viento, con sus respectivas aspas llamadas por los maracuchos tarabas, tomado como referencia en la creación del barrio. Para culminar las vivencias de mi barrio Las Tarabas, solo queda pendiente la revisión del proceso urbanístico del sector y la formación educativa que vivimos los taraberos, incluyendo los frutos recogidos desde el punto de vista profesional. De verdad es una historia que nos llena espiritualmente y enorgullece a todos los nacidos en Las Tarabas. Continuamos recordando. Contamos con Vos! @fumnara500.

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