Opinión

Lula: El Caballo de Troya de los Gringos

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29 de octubre, 2024 - 7:43 pm
Dirwings Arrieta

Por Dirwings Arrieta

 

La reciente decisión de Brasil, bajo la presidencia de Luiz Inácio Lula da Silva, de vetar las aspiraciones de Venezuela para ingresar a los BRICS, ha suscitado un intenso debate en el ámbito político latinoamericano. Este veto no solo va en contra de los intereses del pueblo venezolano, sino que también pone de manifiesto la alineación de Lula con las posiciones de Estados Unidos y sus aliados, quienes históricamente han visto a la Revolución Bolivariana como un adversario en la región.

Lula, un líder que alguna vez fue símbolo de la lucha por la justicia social y la soberanía en América Latina, parece haber cambiado su rumbo. Su reciente postura refleja una estrategia que, en lugar de promover la unidad y la integración regional, favorece a aquellos que buscan debilitar a Venezuela y, por ende, a toda la propuesta bolivariana. Este acto no solo es un desprecio hacia el pueblo venezolano, sino que también revela las verdaderas intenciones detrás de su gobierno: una sumisión a los intereses geopolíticos de Washington.

El Fiscal Tarek William Saab, en su análisis sobre la situación, afirmó que Lula había sido «captado» por Estados Unidos. Esta afirmación, aunque polémica, encuentra sustento en los hechos. La historia reciente de América Latina está plagada de episodios en los que líderes electos, inicialmente comprometidos con la soberanía de sus naciones, han terminado cediendo ante las presiones de potencias extranjeras. Lula parece ser el último en esta larga lista de «caballos de Troya» que, en lugar de construir puentes, optan por erigir muros entre naciones hermanas.

La decisión de Lula de rechazar la entrada de Venezuela a los BRICS no solo es un acto político; es un mensaje claro de que la cooperación regional y el apoyo a los procesos de cambio en América Latina son vistos como una amenaza por su administración. Esta actitud no solo perjudica a Venezuela, sino que también debilita la posibilidad de una América Latina unida, capaz de enfrentar los desafíos que se presentan en un mundo cada vez más polarizado.

Es fundamental que los países de la región, así como sus pueblos, reflexionen sobre las implicaciones de este tipo de decisiones. La historia nos ha enseñado que la división solo beneficia a aquellos que desean perpetuar el control y la dominación sobre nuestros recursos y nuestras decisiones soberanas. La Revolución Bolivariana, a pesar de los obstáculos y las adversidades, sigue siendo un faro de esperanza para muchos que anhelan un futuro diferente, uno donde la autodeterminación y la justicia social sean pilares fundamentales.

El veto de Lula a las aspiraciones de Venezuela para unirse a los BRICS no es solo una cuestión diplomática; es un recordatorio de las complejas dinámicas de poder que operan en nuestra región. Es imperativo que los pueblos latinoamericanos estén alerta y que, en lugar de permitir que se conviertan en caballos de Troya al servicio de intereses foráneos, trabajen juntos para construir un futuro basado en la solidaridad y la cooperación. La verdadera lucha por la soberanía y la justicia social continúa, y es responsabilidad de todos no permitir que se apague la llama de la Revolución Bolivariana.

¡Alerta , Alerta, Alerta que camina la espada de Bolívar por América Latina !

Nosotros Venceremos ….

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