En América Latina necesariamente hace falta organizar, formar e informar al pueblo debidamente.
Lo ocurrido en Argentina debe servir de reflexión crítica para desnudar en forma clara y precisa la corrupción de la democracia liberal representativa asentada sobre el individualismo y el ejercicio supuestamente democrático de la libertad.
Hay elementos de análisis que no deben ser confundidos y estar bien claras en la conciencia del pueblo para evitar confusiones y retrocesos por el mal manejo de los criterios de libertad e igualdad en el verdadero ejercicio de la praxis democrática.
Se debe tener claro que la democracia liberal–representativa «democrática» no ha traído en forma automática el triunfo de la libertad y por consiguiente hacer posible la igualdad democrática diluida frente a la jerarquía del derecho de todos a la libertad, generando el modo perverso del igualitarismo como comportamiento y compromiso engañoso y negativo de las benefactores y orientadores políticos de un proyecto de estado que en el pasado ocupaba el lugar de la Divina Providencia.
En esa dirección el ideal democrático de justicia que tratan de alcanzar los pueblos modernos ha convertido en una suerte de antagonismo los derechos a la libertad y a la igualdad de manera irreconciliable expresión del mal ejercicio de la praxis democrática-liberal.
En un primer momento podemos establecer que la libertad-liberal se considera simplemente un elemento de participación de naturaleza electoral, pero no de carácter revolucionario, siendo así que la libertad para al neoliberalismo es una gran falacia convertida hoy en una verdad absoluta por los políticos liberales, bufones cuyas arengas y mensajes son transmitidos y divulgados por los publicistas que hacen el trabajo mediático sucio para modelar y controlar la opinión pública o conciencia política de la nación, sufriendo de esta manera la «libertad» poderosas y falsas modificaciones en la sociedad de consumo.
La libertad neoliberal desfigurada está destinada a proteger con leyes el mercado libre autorregulado, mitificado como contra-partida contra el intervencionismo estatal (el gran enemigo del neo- liberalismo) se magnifica como la máxima expresión de una libertad extraviada por el beneficio económico y se convierte en un arma política de carácter demagógico con un alcance de naturaleza misilístico- destructiva contra los derechos del pueblo.
El derechista-presidente electo en Argentina se presenta enarbolando la bandera de una supuesta y plena libertad, pero en la praxis comienza por atacar el proyecto de integración latinoamericana promoviendo el Alca y la división del Mercosur, como política antagónica de la unidad e igualdad latinoamericana, poniendo sobre el tapete político promesas de vieja data, de pseudos líderes neo-liberales que viven pontificando, predicando y hablando demagógicamente sobre el verdadero significado y ejercicio de la democracia y la libertad.
Estos personajes dueños de grandes fortunas no creen ni en la democracia ni en la libertad, por cuanto la democracia representativa de corte liberal que les sirve de estandarte a las ofertas políticos-económicas del neoliberalismo no van dirigidas a la construcción de un sistema político-participativo, sino a una democracia electoral corrompida para aceptar la panacea del capitalismo de mercado, cuyos operadores, frenaran y harán imposible la aplicación y creación de verdaderas políticas sociales para sustentar las bases de una verdadera y auténtica democracia expresión de libertad e igualdad plena y total, libres de control y manipulación informativa-mediática.
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