Opinión

Las negociaciones de Miraflores con Washington

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19 de abril, 2022 - 10:46 am
Leocenis García

Por Leocenis García

 

Recientemente tres enviados de la Casa Blanca estuvieron en Miraflores, la sede del poder en Caracas.

Inmediatamente, un sector de la oposición empezó a disparar, y descalificar el encuentro. Algunos fueron demasiado lejos, al intentar dar lecciones a Washington, de lo que debían hacer o no sobre sus intereses.

James Story, embajador de EE. UU. en Venezuela, acompañaba a Juan Gonzalez –asesor del Presidente Biden en asuntos del Hemisferio–. Story es un hombre complejo, practica Muay Thai, así que es una persona preparada para la lucha, pero consciente –como todo el que se desarrolla en artes marciales o deportes de combate– que no siempre una guerra se gana golpeando; sino haciendo concesiones.

La primera victoria de cualquier lucha cuerpo a cuerpo, empieza en la mente, en la razón, en la capacidad de ver el duelo en su contexto, o el bosque, como dicen popularmente.

En la reunión no se ha hablado de política, ni de presos, ni derechos humanos. Se habló de un asunto energético, petrolero, que además es un asunto práctico.

Nos interesa más a la oposición que al régimen

Desde que apareció la sanción petrolera, un grupo de sátrapas del mundo, aprovecharon para socavar los valores de occidente en el hemisferio. Amén que mermaron los financiamientos a la oposición, porque en una economía rentista petrolera los principales financistas de los políticos que aspiran el poder, vienen de los empresarios que operan con la industria.

¿Imagínense todos los perjudicados cuando el tema petrolero quedó en manos de piratas, que asociados con los rusos, iraníes, y cubanos, tomaban un barco petrolero para desaparecerlo en altamar, bajo el argumento del robo, escudándose en las sanciones?

Nada de lo que está pasando es extraordinario. Es normal.

El 11 de marzo de 1959 los Estados Unidos de América impuso el Programa Obligatorio de Restricciones Petroleras para importación de crudo y productos no terminados, con el cual se pretendía limitar la entrada de petróleo para consumo interno, argumentando razones de seguridad nacional. Esa medida afectó por casi 8 años a Venezuela.

Y teniendo como marco la reunión de Jefes de Estado en Punta del Este, Uruguay, el 11 de abril de 1967 el gran presidente venezolano Raul Leoni se reunió con su homólogo estadounidense, el Presidente Johnson.

Y entonces, el Presidente Leoni dio una cátedra en su conversación con el Presidente de EE. UU., por qué el problema del mercado del petróleo venezolano en los EE.UU. no debía ser considerado sólo desde la posición de que Venezuela busca únicamente su beneficio, sino a la luz de lo que Venezuela representa en Latinoamérica.

Dijo Leoni: «Venezuela ha construido una democracia con principios sólidos, pero es tierra fértil para los enemigos de la democracia y de los EE. UU. Si Venezuela es incapaz de mantener una estabilidad presupuestaria que derive en dificultades para financiar los programas (…). Nuestros enemigos naturales no han sido capaces de poner un pie en Venezuela hasta ahora, pero si Venezuela se ve sacudida por un desbalance social, esto podría darle la bienvenida a nuestros enemigos comunes. Por ello el problema del petróleo venezolano es de importancia para la seguridad del hemisferio». El Presidente americano, solo asintió con la cabeza.

Después que en 1955, el Congreso de los EE. UU. sanciona la Ley de Extensión de los Acuerdos Comerciales otorgando al presidente el derecho de limitar la entrada de renglones que considerara importados en cantidades amenazantes a la seguridad nacional, Venezuela protestó argumentando varios elementos.

En primer lugar, consideraba el país que las restricciones conducirían a las compañías a reducir la producción en sus concesiones. Por otro lado, adujo que el petróleo venezolano siempre estuvo disponible en época de guerra o paz, por lo que debiera ser considerado dentro de su esfera de seguridad nacional, en lugar de amenaza; más bien como un aliado histórico.

El primer encuentro en el duelo entre Leoni y Johnson estará enmarcado en las conversaciones bilaterales sobre petróleo de Washington en 1965.

El 4 de marzo, Maurice Bernbaum, nuevo Embajador de los Estados Unidos en Venezuela, presenta credenciales al presidente.

Leoni en lugar de limitarse a las cortesías diplomáticas normales en esas ocasiones, no perdió tiempo en hacer un largo discurso sobre las restricciones petroleras de los Estados Unidos y las venideras reuniones petroleras entre los EE. UU. y Venezuela.

El 11 de marzo, en su primer discurso al Congreso Nacional, el presidente venezolano advierte que Estados Unidos ha mantenido un sistema de restricciones a las importaciones petroleras que establece un tratamiento discriminatorio perjudicial a los intereses de Venezuela.

Hacia mediado de ese mes se celebraran en Washington consultas a nivel político, sincronizadas con el proceso de revisión a que actualmente está sometido dicho sistema. Existe, pues, una nueva oportunidad para que Venezuela insista en los justos planteamientos que formuló desde el mismo momento en que fueron establecidas tales restricciones y para que estos sean oídos y reconocidos el tratamiento equitativo tercamente reclamado por el gobierno nacional. El mantenimiento de ese régimen discriminatorio es un punto negro en las relaciones existentes entre Venezuela y los Estados Unidos.

Leoni alerta a Johnson de la estrecha relación entre una solución satisfactoria (del problema petrolero) y la habilidad de Venezuela de concluir favorablemente la amenaza comunista que parte de Cuba.

Leoni tenía una visión práctica de la política en lugar de teórica.

Es, por supuesto, muy temprano para formarme un juicio firme, sobre la reunión de enviados de Biden y Maduro, pero en esta primera opinión, creo que estás negociaciones estrictamente petroleras, terminarán beneficiando a la oposición democrática al régimen de Maduro.

Leocenis García
Coordinador Nacional de Prociudadanos

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