La Yihad o Guerra Santa

26 de octubre, 2014 - 1:45 pm
Redacción Diario Qué Pasa

No hay palabra alguna que produzca mayor prurito que la de Yihad, por estar esta asociada equivocadamente a hechos monstruosos de terrorismo, con la agravante de hacerse en el nombre de Dios o en cumplimiento de su Santa Voluntad.

La Yihad es en realidad un concepto más espiritual que político. Consiste en una lucha interior contra el mal que yace dentro del corazón y la mente de los hombres que le arrastran a cometer pecado y quebrantamientos de la ley de Dios. Es el sexto pilar u obligación opcional que todo musulmán tiene, el deber de la defensa del Islam del politeísmo, del ateísmo y los ataques a la religión y a la fe islámica (Yihad Menor), así como también la lucha diaria sin cuartel que todo hombre debe llevar a cabo contra la tentación, la caída y la sumisión a los bajos instintos y deseos (Yihad Mayor).

Fuera de la Yihad Menor y la Yihad Mayor, lo demás es pura extralimitación del precepto, producto de gente fanatizada, extremista y fundamentalista, cuyas acciones le han hecho un gravísimo daño a la religión musulmana, ganándose la repulsa mundial y el descredito.

Ninguna de las barbaridades que los radicales musulmanes cometen está amparada ni por el Corán como Libro Sagrado, ni mucho menos por Mahoma, el Profeta. Todo lo contrario, el Corán es muy explicito cuando señala como grave pecado el asesinar, dañar o agredir a inocentes mujeres, ancianos y niños. Tanto los que estrellaron los aviones llenos de pasajeros contra las Torres Gemelas en Nueva York, como la matanza y el degüello de periodistas extranjeros; el cercenar las gargantas de niños en Marruecos, hacer estallar coches-bombas y los suicidas  forrados en un cinturón de explosivos que se hacen estallar en sitios públicos, son criminales inhumanos cegados por el odio, la sed de desquite y bestialidad de un radicalismo que se halla a años-luz de las Enseñanzas contenidas en el Corán.

Pero si tal cosa es una aberración, mucho más lo es el hecho de pensar y actuar, creyendo que hacen la Voluntad de Dios. Se parecen a los inquisidores de la Iglesia Católica y la Protestante del Medioevo que quemaban vivos a seres humanos en la hoguera, pensando que eso era lo que Jesús quería.

El concepto actual de Yihad es una extralimitación del precepto, puesto que el Corán condena expresamente el terrorismo. Las actitudes radicalistas que equivocan el sentido de las Escrituras están creando por cuestiones políticas, graves  sentimientos anti-árabes y anti-musulmanes. De hecho, hoy en día existen un montón de estereotipos de que todo musulmán es en potencia un terrorista y que todo palestino o árabe de cualquier país, es un radical violador de los Derechos Humanos. No todos los musulmanes son árabes, así como tampoco todos los terroristas son musulmanes.

En sí, el mundo Occidental cristiano, fue mucho más terrorista que el Medioevo de  los talibanes hoy en día hace en Afganistán o el ISIS con su nuevo Califato en los territorios de Siria e Irak. El Islam no incita a la Guerra Santa por cuestiones económicas ni políticas; incita más bien a la paz entre los hombres. Tampoco obligan a los miembros de otras religiones a las conversiones forzadas a cambiar su propia fe por la musulmana, como se está haciendo creer.  Nada de eso es verdad; son puras extralimitaciones de lo que enseña el Corán.-

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