Por Dirwings Arrieta
En el contexto actual de Venezuela, es alentador observar cómo muchos dirigentes y partidos de la oposición han decidido participar en las venideras elecciones municipales, regionales y legislativas.
Esta decisión no solo demuestra un reconocimiento al Presidente Nicolás Maduro y a la institucionalidad establecida en nuestro país, sino que también contrasta con los llamados a la no participación realizados por María Machado, quien parece, cada día, quedar más sola en su intento de deslegitimar el sistema democrático que hemos construido.
La participación activa de sectores de la oposición en las elecciones es una señal clara de que la democracia venezolana se encuentra en un proceso de fortalecimiento. Al aceptar competir en un marco institucional, estos actores políticos están reconociendo la validez de nuestras instituciones y la importancia de la participación ciudadana en la construcción de un futuro mejor para todos.
Este es un paso crucial que refuerza la idea de que el camino hacia la transformación del Estado, que debe ser a través de las urnas y no mediante la violencia o la intervención extranjera.
Mientras tanto, María Machado continúa su cruzada por la no participación y la intervención militar extranjera. Sin embargo, su mensaje resuena cada vez menos entre los venezolanos, quienes rechazan de manera contundente cualquier intento de desestabilización externa.
La gran mayoría de la población prefiere un enfoque basado en el diálogo y la construcción de consensos, en lugar de recurrir a soluciones que solo traerían más sufrimiento y caos. Machado, al abogar por la ruptura del orden constitucional, se aleja de las necesidades y deseos del pueblo. Su insistencia en generar fracturas en el sistema se traduce en un aislamiento político que, lejos de fortalecer su postura, la deja sin aliados significativos.
La oposición democrática, que busca un camino constructivo y pacífico, está ganando terreno y legitimidad ante la ciudadanía. La participación de una oposición demócrata en las próximas elecciones es esencial para el futuro de Venezuela. Este enfoque no solo diversifica el panorama político, sino que también permite que diferentes voces y propuestas sean escuchadas.
La competencia electoral es un pilar fundamental en cualquier democracia, y su presencia en el proceso electoral es una garantía de que el país se dirige hacia un fortalecimiento de la institucionalidad. Es fundamental recordar que el camino hacia el progreso se construye con la participación de todos, y es a través de elecciones libres y justas que podremos avanzar hacia un país más unido y próspero. La democracia no se trata solo de elegir, sino de construir juntos un futuro en el que todos podamos prosperar.
La decisión de muchos sectores de la oposición de participar en las elecciones es un signo de madurez política y un reconocimiento de la importancia de la institucionalidad en Venezuela. La soledad de María Machado y su rechazo a este proceso democrático son una clara señal de que su visión no resuena con la mayoría de los venezolanos.
El futuro de nuestro país se fortalecerá con la participación activa de una oposición comprometida con la democracia y el bienestar del pueblo, dejando atrás las viejas prácticas de confronta
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