¿De quién es la culpa?

5 de julio, 2015 - 2:45 pm
Redacción Diario Qué Pasa

Entre la exuberante profusión de libros de autoayuda, diseñados por el imperialismo, independientemente de los nombres alquilados de sus autores, se nos viene a la memoria La Culpa es de la Vaca; el libro aún goza de celebridad, y por tanto sigue siendo el libro de cabecera  de multitudes, incluso de algunos celebérrimos intelectuales.

Al igual que en el texto citado, la mayoría de la humanidad sigue pensando que la culpa de sus males es externa a la realidad social en la que indubitablemente vive. Entonces la culpa puede ser  de un animal cuadrúpedo, en ocasiones bípedo o tricéfalo; también puede ser a causa de la mala suerte, o de cualquier otra joda esotérica; alguna responsabilidad individual, o de fuerzas demoniacas; debe haber culpables de la mala situación que, suponemos, nos han echado.

En Venezuela nos han echado una vaina: hemos pasado a ser de un país con uno de los mayores índices de felicidad en el mundo, a una nación con uno de los costos de vida más caros del planeta. ¿Jodidos no? Así los quería ver. De repente se animan a discutir la guarandinga.

¿De quién es la culpa de esta lavativa que nos han echado? Hemos estado escuchando a los usuarios de los cajeros automáticos y de los súper-robos. Llama la atención que muchos de los opinadores de oficio tengan acento cachaco; los juicios coinciden: «La culpa no es de ningún imperialismo», «no hay gobierno, pero tenemos patria, el bolívar no vale nada, si acaso unos céntimos de peso».

Entre los numerosos colistas, que casi siempre son los mismos, se aprecia el manejo de varias tarjetas del llamado dinero plástico; este detalle contrasta con su aspecto humilde y hasta campechano; continúan hablando mal de Venezuela, mientras raspan los últimos regulados. Seguimos preguntando: ¿De quién es la culpa?

¿Tendrá qué ver la culpabilidad con los tres tipos de cambio, y el dólar negro? ¿La corrupción de las individualidades en los cuerpos policiales, militares, ministeriales, funcionarios públicos, y privados, será la culpable?
¿Será la culpa de la oposición pajúa que no saca ni una lombriz de paseo?

Las elecciones internas del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) han sido un éxito, felicitaciones; pero un kilo de carne está costando en Caracas 1.200 bolívares fuertes; ni hablar del queso, que ahora es una ilusión blanquecina; las cuotas aumentadas de los colegios privados donde estudian centenares de miles de hijos de la llamada capa media, en extinción, frente al ascenso vertiginoso de los precios, la inflación y la prepotencia especulativa.

¿Por qué los voceros de esta oposición malvada y perniciosa, no tienen una postura ante el saqueo de los bienes del proletariado venezolano? ¿Será que son cómplices del «bachaqueo», el blanqueo de capitales, el robo del diferencial cambiario bolívar-peso, la inflación y la especulación sin medida, y de otras formas de corrupción?

Si el país ha sido saqueado 10 veces con respecto a su reserva monetaria, como lo demuestran los 184 mil millones de dólares, depositados por la burguesía y la oposición antivenezolana y proyanqui, en los bancos internacionales y los paraísos fiscales, ¿por qué no hay culpables  y presos  de semejante robo?

Si admitimos que hay una guerra económica ¿quiénes son los soldados y las soldadas del enemigo en este permanente robo? ¿Cuándo vamos a pasar de maltrechos agredidos a combatientes de la agresión?

¿No tendrá culpa el pueblo trabajador, al parecer, asustado o indiferente, al aceptar como válidos los elevadísimos precios del saqueo?

¿Cuál es el grado de complicidad o indiferencia de cada venezolano o venezolana con este robo a la nación?

¿Qué tal si comenzamos a construir el Poder Popular?.

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