Por el Soc. Enrique Parra
En el acontecer político poselectoral en Venezuela (julio 2024) se configura una crisis política, causada por un presunto fraude electoral. Crisis sin apoyo popular que deriva hacia el arrebato del poder, que en esencia es el objetivo estratégico.
Tal movimiento sedicioso es verificable por la precocida violencia guarimbera al grito de fraude –anunciado por la PUD anticipadamente– frente a la victoria electoral de Nicolás Maduro, así como también, por el desconocimiento del excandidato Edmundo González Urrutia de los Poderes Públicos constituidos.
Es así como con clara intensión de desestabilizar la cohesión social, intentan materializar la estrategia al hacer caso omiso a la convocatoria del Poder Público Electoral (CNE) para firmar el documento de reconocimiento y acatamiento de los resultados electorales del 28 de julio, además, con el gravísimo desacato civil respecto del recurso contencioso electoral que adelanta el Tribunal Supremo de Justicia, incoado por el Presidente de República Nicolás Maduro en Sala Electoral.
Ahora bien, una vez avocado el TSJ como máxima instancia jurisdiccional de la República al proceso del recurso contencioso electoral, en el curso de sus actuaciones con los representantes de los partidos políticos y excandidatos Presidenciales, ni los partidos políticos PUD, ni el insubordinado excandidato Edmundo González Urrutia –denunciadores de fraude– consignaron prueba plena alguna que soportara los alaridos de fraude y la crisis política que intenta escalar.
Ante semejantes hechos políticos, es harto conocido que el desenvolvimiento de tal comportamiento antidemocrático, corresponde en buena medida a que la señora Machado, que erigida en caporal de la PUD, dispone y activa unilateralmente la política neofascista contra el Estado Democrático, fundamentada en su identidad de sumisión a los intereses del departamento de estado norteamericano y en su conducta heterónoma dada su anglofilia.
En consecuencia, el desiderátum por el poder de la Machado cabalga sobre la estructura política organizativa de la PUD, transitando el camino del desconcierto, del desencuentro y del conflicto mercenario en una develada tentativa de golpe de Estado, alentado por los EE. UU. y sus secuaces estimulados por la rebatiña de los ingentes recursos naturales de todos los venezolanos.
ENTREVEO N° 119
Maracaibo 11/08/2024
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