El tiempo nos da la razón

31 de marzo, 2014 - 4:30 pm
Redacción Diario Qué Pasa

Desde hace muchos días veníamos exigiendo a las autoridades municipales mayor acción para evitar el desastre urbano en el que estamos metidos. Desde este mismo espacio, desde nuestra representación popular o bien desde cualquier escenario de opinión pública, alertamos que lo que arrancó a mediados de febrero no se veía bien y que violaba los derechos de la mayoría maracaibera, la convivencia y el civismo.

Se lo exigimos a la Alcaldesa quien se declaró madre de los estudiantes —no sabemos si de los pacíficos o de los violentos—, al jefe de la policía municipal quien desde los primeros días de la «guarimba» había denunciado que le dispararon y que los delincuentes se escondieron en la Plaza de la República, que incluso llegó a detener a algunos. Le pedimos que diera los nombres de los detenidos y le sugerimos que investigara a la dirigencia parroquial de UNT que iba a la cabeza del destrozo patrimonial y del desorden público. Todavía estamos esperando un gesto de valentía de su parte para enfrentarse a los compañeros de partido de la Alcaldesa.

A la presidenta del Imtcuma le pedíamos hace semanas un balance de los destrozos de la vialidad, la señalética —maltratada y malquerida desde mucho antes de la «guarimba» de Eveling—, de los semáforos, del mismo pavimento incendiado. Ninguno de ellos respondió por su responsabilidad ante el destrozo del vandalismo desatado que disponía de Maracaibo a sus anchas.

La Alcaldesa siempre se movió en la cuerda floja. Al principio, tímidamente se pronunció contra la violencia; luego marchó y se sumó descaradamente al movimiento «guarimbero». Eso sí, no quiso nunca mencionar la palabra «guarimba» y se hizo la loca con los destrozos que se hacían en la ciudad a cuenta de la protesta pacífica. Ella que es la conserje de la ciudad y la encargada de arreglar el estado de cosas urbanas para darle condiciones vivibles a la ciudad.

Pero llegó el TSJ a instancias de los diputados del Clez y mandó a parar el desmadre de Eveling. Se pronunció y ordenó a la Alcaldesa asumir sus competencias, quien, previa altanería y amenaza de desacato, terminó haciendo lo que se le pedía, lo que tiene que hacer y lo que le reclamamos no estaba haciendo. Ahora andan recogiendo los vidrios rotos y quieren deslindarse de la «guarimba» que se les fue de las manos y andan atrincheradas en ciertas zonas residenciales.

Antes de la sentencia del TSJ no vimos al jefe de la policía mediando en las «guarimbas»; tampoco a la presidenta del Imtcuma dando balances del daño causado a la vialidad urbana; ni al Imau recogiendo basura.
Señalamos la responsabilidad política y administrativa que las autoridades municipales han tenido todo este tiempo en la destrucción de la ciudad de Maracaibo.

Denunciamos su descarada complicidad con quienes andaban en el plan ruin y miserable de jodernos más aún la vida a los maracaiberos, como si no fuera suficiente con Eveling.

Tips

√ Lamentamos mucho las muertes que han ocurrido, ojalá pare de una vez por todo la violencia desatada, principal causante de lo que ha pasado, algunos nada dicen de las trancas de calles y las «guarimbas», las asumen como protestas pacíficas cuando en realidad no los son, cuando la autoridad actúa, entonces en represión y violación de los derechos humanos, no dudo que en algunos casos haya habido algún exceso, pero debemos llamar las cosas por su nombre.

√ La basura y otros problemas locales siguen a la orden del día. Ya no es solo el Imau. El informe de la Contraloría Municipal de Maracaibo 2013 es todo un expediente del criterio de pulpería —en el mejor de los casos— que anida en las autoridades municipales y jefes de institutos o directores. En el peor de los casos hay material para un prontuario judicial que active la actuación de la Fiscalía. Volveremos sobre el informe la semana próxima.

√ Las Torres del Saladillo, Residencias Palaima y Residencias El Cují. Tres casos emblemáticos, parecidos, comparables, de la dinámica que han tomado las «guarimbas» en Maracaibo. La oposición se ha desembarazado de ellos y ha dejado que degeneren en la anarquía y caos de los que nadie sale ganando. Antes bien, perdemos todos. Desde aquí condenamos los hechos de violencia y el bandidaje, exigimos cese la impunidad con las muertes y responsabilidades ante los destrozos contra la propiedad privada y los bienes públicos.

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