Opinión

La abstención electoral no es de nadie

Luis Fuenmayor Toro
2 de junio, 2025 - 6:58 pm
Luis Fuenmayor Toro

Por Luis Fuenmayor Toro

Desde hace unos 20 años, a raíz del llamado a no votar en las elecciones de diputados a la Asamblea Nacional en 2005 por la oposición agrupada entonces en la Mesa de la Unidad Democrática, se han venido produciendo llamados similares en forma intermitente en todas las elecciones venezolanas, los cuales se agudizaron a partir del triunfo de Nicolás Maduro sobre Henrique Capriles en el año 2013.

Esto ha venido creando la falsa matriz de opinión, de que la abstención habida en todos los procesos de la última década, obedece a los llamados efectuados por los opositores derivados de la MUD, quienes, con excepción de gente que abandonó esa práctica abstencionista absurda, siempre han sido más o menos los mismos, tanto de dirigentes políticos como de partidos dirigidos por ellos.

A estos llamados abstencionistas se asocian nombres de líderes políticos como Leopoldo López, María Corina Machado, Juan Guaidó, Henry Ramos Allup, Andrés Velásquez, Antonio Ledezma, Gabriel Puerta, los Salas del Proyecto Venezuela, Edmundo González Urrutia, Alfredo Ramos y varios otros, que acompañaron inicialmente y durante cierto período los llamados abstencionistas, como fueron los casos de Ramón Guillermo Aveledo, Manuel Rosales, Henrique Capriles y Stalin González, pero que dejaron de creer paulatinamente en esta política suicida y hoy claramente la enfrentan, lo que los ha hecho blancos de los ataques implacables de quienes continúan aferrados al ejercicio de la abstención como centro de sus políticas.

El principal receso de la política abstencionista se produjo en las elecciones presidenciales de julio de 2024, lo cual no significó que todos los partidos de la Plataforma Unitaria Democrática, hubieran regresado definitivamente a la política electoral y abandonado sus desviaciones extremistas: el voluntarismo militarista, el impulso de la injerencia extranjera y la organización de acciones terroristas dentro del país. De hecho, señalamos en su momento, que Vente Venezuela, Voluntad Popular, Alianza Bravo Pueblo, Primero Justicia y Causa R, entre otros, planificaron y ejecutaron su supuesta participación electoral, para lograr, como en efecto lograron, que el régimen autoritario de Maduro – Cabello se negara a aceptar la posibilidad de un triunfo del candidato presidencial que presentaron. Para ellos, era mejor una salida de fuerza, que no los obligara a negociar concesiones al chavecismo gobernante, y en ese sentido actuaron.

Inmediatamente, se apartan del proceso electoral, lo cuestionan totalmente y regresan, o siempre estuvieron y nunca abandonaron, a sus posiciones contrarias a una salida electoral. No es el caso de la Presidente electa de Ecuador, que enfrenta dentro de su país y ante las instituciones del Estado ecuatoriano, el fraudulento desconocimiento de su triunfo. No. Aquí en Venezuela los supuestamente burlados no hacen el reclamo, se van directamente al exterior a presentar dicha queja y las supuestas pruebas que la respaldan, como si la OEA, la ONU, la Presidencia gringa, la Corte Penal Internacional, el narco presidente ecuatoriano, los narco ex presidentes colombianos y el dictadorzuelo Bukele, fueran los organismos decisorios en esta materia en Venezuela.

Pero volviendo a la abstención, es importante señalar que la misma se inició en nuestro país por lo menos la última década del siglo pasado. Se la vivió en la segunda elección de Carlos Andrés Pérez y más pronunciada en la segunda elección de Caldera, mucho antes de que la oposición que hemos mencionado comenzara a llamar a la abstención. Chávez fue electo claramente y dentro de un ambiente de euforia ciudadana, pero eso no significó que la abstención no estuviera presente en un elevado nivel en su elección. El fenómeno siguió presente en los comicios siguientes: Asamblea Constituyente (1999), aprobación de la nueva Constitución (1999), relegitimación de los poderes (2000), referendo revocatorio (2004), lo que significa que el llamado a la abstención, hecho por la misma gente de siempre en 2005, se montó sobre una base abstencionista previa.

Menor abstención hubo, pero la hubo, en las presidenciales de Chávez/Capriles y Maduro/Capriles. La elección de la Asamblea Nacional de 2015 tuvo un nivel de abstención mayor del 25 por ciento.

Pero, donde ha sido más que evidente, que la abstención no responde al llamado de nadie, fue en las presidenciales del 28 de julio de 2024, donde hubo una abstención del 40 por ciento y nadie llamó a la abstención. Por tanto, la mayoría de la abstención es porque el pueblo votante se ha dado cuenta de que electoralmente no va a resolver sus problemas de vida.

 

Palabras clave

Comente