«Veníamos procesándolo, pero tener la oportunidad de servirlo en taza y brindarle al cliente la experiencia completa, es un sueño», dijo Amanda Dudamel
Amanda Dudamel está de pie en el centro de su Tributo. Recibe a amigos y comensales con una gran sonrisa. Cercana, da la bienvenida, orgullosa, a la ‘cocina de la casa de la abuela’ que inspiró su local.
En pleno casco histórico de Chacao, huele a cafecito recién hecho. El que por las mañanas se colaba en esa típica manga guayoyera en medio de conversaciones e historias y que trasciende generaciones.
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El aroma, no obstante, proviene de un método distinto. Más innovador: el filtrado, cuyo paralelismo con aquella costumbre es imposible de ocultar.
Suspira al sentarse. No como quien no cree lo que ocurre, sino como quien agradece lo que pasa al instante. El chirrido de las máquinas en funcionamiento y deliciosas notas a café, frutas y especias, son tan protagonistas como ella.
Hace exactamente un año compartía su sueño. El que hoy es una realidad. Manifestó su Tributo en voz alta y con Dios por delante hoy, no es uno, sino dos.
Tributo en forma de cafetería
Primero fue el grano de café. Luego, la cafetería. Tributo abrió sus puertas al público el 4 de marzo, durante la llegada de Jesús Nazareno a la Iglesia de San José, en plena Semana Santa.
La tradición y la cultura fueron desde su inicio parte de la experiencia.
Algunos dirían que es muy pequeño, pero Dudamel comenta que fue pensado así a propósito. Además del foco, casi inmersivo, en el disfrute del café, la familia es lo más importante. Sentirse como en casa.
Tanto así que el personal de Tributo fue llevado hasta la comunidad de Tovar, en Mérida, donde se cosechan los granos, para empaparse no solo de los manerismos, sino de la vocación de servicio y cordialidad de los merideños.
Edwin Acosta, su socio y amigo, la introdujo a ella y a su prometido, Daniel Roa Farías, en el universo del café de especialidad hace 3 años. Con él aprendieron. Ya con el concepto claro materializaron la idea en un local sencillo, de colores monocromáticos (marrón, beige y verde olivo), formas naturales y accesorios elementales.
Si el café nace de la tierra, de los productores del Páramo Mariño, allí nació también Tributo.
Este sueño, dijo, tiene nueve años forjándose como Tributo Coffe House (nombre completo del proyecto). «Hoy podemos decir que ya estamos en el último eslabón de la cadena con nuestro local», destacó Dudamel.
«Veníamos procesándolo, pero tener la oportunidad de servirlo en taza y brindarle al cliente la experiencia completa, es un sueño», dijo. «Somos una vitrina de Tovar, de ese café de especialidad que se cultiva con tanto cariño y esfuerzo».
La experiencia
Amanda Dudamel es enfática: no solo es tomarlo, sino aprender de él. Tributo fue concebido también para educar a curiosos y amantes del café sobre la bebida, sus métodos de extracción, cultivo y producción. Algo que se ve reflejado en las paredes que dan la bienvenida al espacio en forma de línea de tiempo.
Destaca su barra de filtrados. Algo que los sobrepasa de orgullo, señala. Se entiende como una versión mejorada de la manga guayoyera y describe cómo el método V60 es la bandera de la marca.
El nombre proviene de vector 60, el ángulo de 60 grados de su cono. Fue elaborado, en principio, en cerámica y vidrio, luego en plástico y finalmente en metal.
Fue diseñado para que soporte mayor conductividad térmica y que por medio de la retención de calor genere una mejor extracción. La esencia de una taza de café perfecta, resalta Amanda, está en el método de preparación y el cono de goteo V60 lo logra.
Tributo tiene alrededor de 5 desarrollos de café. Además, dentro del menú existe una categoría experimental, que son los que van apareciendo poco a poco.
Clásicos, Especiales y Experimentales. Así se perfilan con Edwin al frente haciendo y enseñando la magia de cada proceso y destacando a su vez la diferencia entre el café de especialidad y el tradicional.
«La Denominación de Café de Especialidad proviene de la trazabilidad del proceso. Cada paso es muy detallado pues juegan partido la fermentación, el secado, el tiempo de estabilización y diversos elementos que son parte de los distintos desarrollos que se van creando», dijo Amanda Dudamel.
El menú
El café filtrado de Tributo se disfruta de 4 maneras: del día, 1-2 tazas (200 ml de guayoyo), 2-3 tazas (300 ml de guayoyo), y el batch (colado en cafetera especializada, en presentación de 150 y 250 ml).
En su lista de productos también destacan el Espresso en shot, el Manchado o Macchiato (shot de espresso con mancha de leche texturizada), Negrito (Americano. Shot de espresso y agua), el Con leche, el Cappuccino, Mocaccino, Marrón y Tributo especial, que contiene un ingrediente merideño secreto.
Ofrecen diversos tipos de leche: avena, almendras o coco. Además, incluyen bebidas frías como Tributo tonic, que contiene un shot de espresso, agua con gas, hielo y naranja, limón o parchita. También está el Cáscara absoluta, que se elabora con infusión de cáscaras de café, shot de limón, miel, agua con gas y hielo.
El listado de opciones destaca en elaboraciones hechas con café como Chai, té de infusiones o chocolate caliente.
Completan la experiencia con postres dulces como bombones o cachitos y pancitos de queso.
Solo un Tributo
No pretenden abrir más sucursales. Establecerse con este primer Tributo es suficiente. El norte es mirar a la calidad, a la perfección.
«No queremos replicar el modelo. Al menos no por ahora», subrayó. Aunque ojalá en un futuro», añadió.
Quieren, afirma, dar a conocer el café venezolano y, quizás, apostarle a la exportación. Demostrar que la calidad del producto en el país, así como en Colombia, es altísima. Su meta, y de quienes forman parte de este sueño, es apostarle aún más al gremio cafetero, pulirlo, educarlo y comunicarlo para que no solamente esta tierra lo reconozca, sino también otras fronteras.
En el ínterin, recuerda cómo al investigar sobre el páramo de Mariño, donde se cultivan sus granos, trabajaba en el desarrollo de su primera colección de moda.
Su primer tributo a Venezuela es el café, sí. Pero también lo es la moda. El camino es el mismo: el país, Mérida, su historia, de dónde venimos.
Amanda Dudamel, la diseñadora
Con su papá, el exfutbolista, director técnico y comentarista deportivo Rafael Dudamel, comienza esta parte de la historia.
Es el primer caballero en tener en su armario una camisa con sello Dudamel y el único que –hasta hoy– sabía que su hija le rindió tributo a su apellido a través de textiles, texturas y costuras.
Con su firma de moda, son dos los emprendimientos que le dedica a Venezuela. También a la mujer venezolana.
«Al final, el diseño de modas es la decisión que tomé para mi carrera. Amo mi profesión y ha sido bonito poder llevarla de la mano en cada etapa que he ido viviendo últimamente».
Su decisión es seguir dedicándose al diseño porque es lo que más disfruta hacer.
De hecho, hace énfasis en que, a través de Tributo, pudo mezclar ambas aficiones. Los uniformes de sus baristas y hostes en la cafetería, tienen su sello.
Dudamel en el mercado
Las piezas salen a la venta este 2 de mayo a través de su plataforma de e-commerce, con sedes en Venezuela, Miami y Madrid.
«Con la experiencia del pos Miss Universo entendimos cómo podíamos manejar un poquito mejor el tema de la distribución, razón por la cual quisimos tener contemplados la mayor cantidad de escenarios posibles para ofrecer una experiencia de venta online más eficaz y agradable», manifiestó la primera finalista del concurso en 2022.
Están muy conectados, y quieren que sus clientes también, con la historia de la marca: desde la casa donde producen las piezas en Mérida, hasta cómo fue el proceso de ensamblaje, las personas que hacen vida en el negocio, métodos a nivel artesanal, de tejido y textiles, y el corazón de la marca que, resalta, es el hogar en donde creció.
«Es una marca ready to wear para hombre y mujer, con una primera colección de líneas con clásicos bastante temporales y luego algunas piezas con más personalidad y fuerza», describió.
No habrá alta costura. Al menos por ahora. La High Couture, dijo, es parte de su día a día, pero en este caso, denominaría su colección como un prêt-à-porter alto, que se acerca al concepto.
Dentro de las categorías destacan pantalones y faldas, camisas formales.
«Hay muchos tejidos pues nos apalancamos en el conocimiento y talento de varias artesanas merideñas, un descubrimiento hermoso», subrayó. «Veremos entretejidos planos fusionados con tejido de punto, desde el croché hasta los tejidos de máquina. Todo muy hermoso, delicado, relacionado a ese nacer de Venezuela».
Dudamel explora, asimismo, la rama de los accesorios con un único modelo de zapatos, uno de hombre y otro de mujer.
«Si Dios se lo permite, agregó, lanzará dos por año. «Pero la marca no se regirá por temporadas como en el calendario internacional. Sabemos que en Venezuela no tenemos estaciones marcadas y eso va en línea con el estilo de la marca».
¿Inclusión? Siempre
Sobre la paleta de colores indicó que es absolutamente neutra, elegante. Se inclinará por los tonos tierra y sus derivados. Hay 21 piezas estimadas -más el calzado- que le dan cabida a los procesos de sostenibilidad dentro de los términos de producción slow fashion.
Así como sobran los colores, las tallas son súper variadas, sobre todo porque por experiencia sabe que, a veces, cuesta conseguir atuendos.
«Tanto la inclusión como la sostenibilidad están presente. Aunque siento que hoy en día no hace falta ni siquiera hacer alarde de ello pues deben estar intrínsecas en el ADN de los proyectos que voy desarrollando», aseguró. «Dudamel es una invitación a que seamos parte de una comunidad, de una marca que nos une en estilo de vida, valores y cultura».
Exhorta a los interesados a seguir la marca en redes sociales y mantenerse actualizados con la información.
La venta iniciará a través de la página web y el Instagram de la marca: @casadudamel
La misma Amanda
Tener un negocio y emprender en cualquier industria siempre va a ser difícil.
«Pero todo lo que vale la pena es complicado. Requiere de mucho trabajo, esfuerzo y estudio. Sin duda alguna en Venezuela también hay retos. Pero en cualquier parte del mundo donde quieras emprender van a existirl», aclara. «¿Qué mejor que hacerlo entonces sino aquí mismo, en tu tierra».
Para Dudamel, «apostarle a tu gente, a tu tierra y al lugar que te vio crecer, lo es todo. Y es parte de lo que uno le va dejando también a la próxima generación», concluye.
Está planeando su boda, a paso lento pero seguro. Junto con Daniel decidió inclinar la balanza hacia la estabilidad; quieren terminar de establecer todos sus proyectos y sueños compartidos.
Como mujer está en constante evolución, pero sigue siendo la misma: la que se postuló y ganó el Miss Venezuela, la adolescente que deseaba estudiar Diseño de modas y la virreina universal, solo que ahora comienza a concretar sus proyectos llena de ilusión y certeza.
Y es solo el comienzo.
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