Horas antes fue a llevar pañales a su bebé

A punta de disparos lo mataron en El Cruce

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10 de julio, 2017 - 10:57 am
Madelein Faría / [email protected]

La esposa de la víctima, quien se identificó como Soila, explicó desde las afueras de la morgue forense de LUZ, que la última vez que supo de él fue a las 8:00 de la noche del sábado, cuando el hombre fue a llevarle los pañales para su bebé de un año de nacido, hijo de ambos

Foto: Herwin Godoy

Sur del Lago — Un hombre identificado como Jhon Jairo Acosta, de 35 años de edad, perdió la vida tras ser tiroteado por presuntos desconocidos.

El crimen tuvo lugar la madrugada de ayer, en el sector Los Mirandinos, poblado de El Cruce, municipio Catatumbo.

La esposa de la víctima, quien se identificó como Soila, explicó desde las afueras de la morgue forense de LUZ, que la última vez que supo de él fue a las 8:00 de la noche del sábado, cuando el hombre fue a llevarle los pañales para su bebé de un año de nacido, hijo de ambos.

Refirió que tras dejarle el encargo, Acosta salió a compartir una noche de tragos con unos amigos.

Pasadas unas horas, cerca de las 2:00 de la mañana, la mujer dijo haber escuchado unos ruidos extraños y al asomarse con cautela por una de las ventanas de la vivienda, notó que era su esposo, quien había llegado a bordo de una camioneta tipo ranchera, que indicó no era de su propiedad.

Observó que Jhon Jairo ingresó al baño, tomó agua en un envase y se la aplicó al automotor.

Al ver que todo transcurría con normalidad Soila optó por acostarse a dormir, sin embargo, minutos después de hacerlo, escuchó varias detonaciones fuertes, que reconoció como disparos, y según ella, presa de los nervios solo alcanzó a rezar «Dios mío que no sea él», se volvió a asomar por la ventana y vio a dos sujetos huyendo en el vehículo antes referido hasta con el capó abierto, pero aun así retomó su sueño hasta la mañana siguiente.

Sorpresa inesperada

La mujer continuó su relato y manifestó que a las 7:00 de la mañana de ayer domingo se despertó y al asomarse al frente de la vivienda unos vecinos le comentaron que su esposo había sido asesinado y su cuerpo estaba tendido en el suelo en medio de un charco de sangre justo en la parte frontal de la casa.

Presa de los nervios abrió la puerta rápidamente y salió para ver a su deudo.

Al lugar acudieron efectivos de la policía científica para realizar el levantamiento del cadáver y colectar las evidencias necesarias.

Buen hombre

Soila describió a su pareja como un hombre trabajador, indicó que se dedicaba al comercio informal, traía alimentos del vecino país y los distribuía en abastos locales.

Deja tres hijos, dos de un matrimonio anterior.

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