Las personas que dicen malas palabras son más inteligentes
Un estudio descubrió que quienes suelen decir malas palabras tienen un IQ más alto. Decir muchos insultos en el intervalo de un minuto estaba vinculado a una puntuación más alta en una prueba de inteligencia.
Según la investigación, un gran vocabulario de malas palabras es signo de fuerza retórica: buena capacidad de argumentación y formulación de ideas. La misma investigación reveló que quien es desordenado y duerme tarde también tenía mejores evaluaciones en las pruebas.
El que dice malas palabras es más honesto
De acuerdo a una encuesta realizada a 276 participantes, las personas que dicen malas palabras son más honestas que aquellas que no suelen hacerlo.
El estudio afirma que las personas que tienden a decir malas palabras lo hacen para expresarse y no para perjudicar a otro. Además, la honestidad se asoció a mayor cantidad de insultos en el estudio con voluntarios.
Las personas que se burlan son más felices
Un estudio publicado en The Journal of Pain afirma que las malas palabras pueden hacer feliz a una persona en general. El hábito de hacerlo tiene un efecto directo en el alivio de dolores, favorece la expresión de sentimientos, promueve conexiones sociales y mejora la salud mental.
Según el estudio, las malas palabras mejoran la circulación sanguínea, elevan la liberación de endorfinas y promueven la sensación de calma, control y bienestar.
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