Luego de comprar unos medicamentos fue interceptado por un sujeto que le exigió las llaves del carro. La víctima se negó a la petición y recibió un disparo mortal
Foto: Wilson Alvarado
Maracaibo — De un disparo certero en el corazón le arrebataron la vida, ayer, a Juan Pablo Pérez (32), tras resistirse al robo de su carro Corolla, color dorado, placas SAF72Z, mientras se disponía a retirarse de la farmacia Saas, ubicada en el barrio Los Olivos, parroquia Caracciolo Parra Pérez.
El hecho
El hombre, un trabajador de las gabarras de PDVSA, llegó a la referida farmacia a las 6:00 de la mañana para comprarle unos medicamentos a una sobrina. Entró en el área de autoservicio sin pensar que sería su última compra.
Cuando cumplió su cometido, un sujeto que, según versiones de algunos testigos, llegó a pie en el área de servicio y le imposibilitó la salida al hoy occiso.
«Dame las llaves del carro si no queréis que te quiebre», fueron las palabras amenazantes del delincuente con pistola en mano.
Ante la amenaza, Pérez aceleró su vehículo para intentar huir de su victimario.
Disparo sangriento
El maleante fúrico por el intento de fuga, accionó su gatillo y un disparo entró por la ventana del chofer; allí Pérez recibió la bala directo en el corazón. Su cuerpo ensangrentado cayó tendido en el asiento del copiloto sobre el hombro de su padre, quien se encontraba acompañándolo.
Además, una hermana del fallecido identificada como Yaomila Pérez, quien tenía en brazos a una niña de 5 años, estaba dentro de la unidad y presenció el brutal crimen que quedó grabado en su memoria.
De inmediato vecinos de la zona le prestaron los primeros auxilios y lo trasladaron a una clínica privada de la jurisdicción, donde ingresó sin signos vitales.
Funcionarios del CICPC acudieron al sitio del suceso para realizar las experticias correspondientes. Manejan como móvil la resistencia al robo, pero no descartan otras hipótesis.
Sabuesos de este organismo trasladaron el cadáver de Pérez a la medicatura forense de LUZ, donde su esposa y parientes, ahogados en llantos, esperaban la entrega del cuerpo.
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