Orlando Bohórquez, periodista presidente de la Fundación Ídolos del Boxeo se mostró molesto por todo lo ocurrido una vez finalizado el acto principal celebrado en el Coliseo Cotorrera
Foto: Agencias
Durante la celebración de los 40 años de haber conquistado el perijanero Pedro Gamarro, la medalla de plata olímpica en Montreal 1976, ocurrieron hechos insólitos dentro de un acto de tanta jerarquía para el deporte.
Orlando Bohórquez, periodista presidente de la Fundación Ídolos del Boxeo se mostró molesto por todo lo ocurrido una vez finalizado el acto principal celebrado en el Coliseo Cotorrera.
«Sin intención de señalar culpables, porque eso queda a juicio de los boxeadores y entrenadores, que vivieron en carne propia lo que allí sucedió, me pregunto cómo fue que en el evento las tribunas estuvieran vacías?».
Otro aspecto, quizás el más grave y sentido de todos ―señaló― es que después del acto protocolar de la toma de fotos con el campeón Gamarro, quienes hicieron uso del micrófono hablaron reiteradamente de su apoyo al deporte, haciendo énfasis en el boxeo, pero anunciaron sorpresivamente la se suspensión de los combates pautados (siete en total).
La decisión de suspender el programa boxístico que le daba respaldo al homenaje a Gamarro, fue porque los jóvenes pugilistas que llegaron con sus entrenadores, desde muy tempranas horas de la mañana, de distintas partes del Zulia, no recibieron ningún tipo de refrigerio, y a primeras horas de la tarde, cuando se suponía comenzaría a pelear, estaban casi exhaustos.
Otra situación lamentable, es que estos muchachos que vinieron de diferentes municipios con el solo deseo de respaldar el significativo evento, no recibieron el apoyo para sus traslados. Muchos de ellos ―aseguró― tuvieron que venir y regresarse a la Costa Oriental del Lago pidiendo «colitas» o gastando de sus propios bolsillos. Eso es insólito, que se llegue a esos extremos de marginar a unos atletas que hacen esfuerzos por defender los colores deportivos del Zulia.
Además ―denuncio Bohórquez― se notó, que las autoridades que representan a estos deportistas, en ningún momento vigilaron aquella irregular situación y mucho menos elevaron su voz de protesta ante los organizadores del evento.
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