Si continúa la desforestaciòn en las selvas latinoamericanas donde ha vivido siempre, en las «copas» de los árboles, de donde no cae gracias a su enorme cola prensil, que es más larga que el resto de su cuerpo. Se amarra a las ramas con ella, se balancea y soporta su delgada figura
Foto: Referencial
Esta especie de primate habita en los grandes bosques. Esos, que son derribados para extender potreros o extraer madera, destruyendo así la casa propia de estos monos. También son cazados para comer su carne o utilizarlos como mascotas. En fin, estos animales silvestres han aguantado el irrespeto y la desconsideración de los ecocidas humanos.
A esas amenazas se agrega su baja tasa reproductiva, es decir, las hembras apenas paren una vez cada 3 años y la baja frecuencia de apareo sexual de una vez por año. Menos mal que se comunican con gritos, chillidos, ladridos y chirridos y hasta relinchan. Corren y caminan los amplios territorios buscando hojas, frutas, cortezas, nueces, insectos y huevos de aves.
Aún, encontramos 7 subespecies de Mono Araña desde México a Brasil, unos cara negra y otros cara blanca. Marimonda les llaman en Colombia y en Perú se internan en la selva amazónica.
En el Zoològico viven 4 de ellos. Da gusto verlos balancearse entre los matapalos de la Laguna, mientras nos miran sin pestañear.
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