Las víctimas recibieron más de cinco disparos. Cada uno quedó tendido en el pavimento sobre su propio charco de sangre. CICPC maneja como móvil el ajuste de cuentas en el crimen
Foto: Referencial
Miranda — Las balas resonaron. Silentes los verdugos precisaron a sus objetivos para cumplir con sus encargos: la muerte.
Los criminales aprovecharon la oscuridad, y a las 9:00 de la noche del pasado martes interceptaron a Gustavo Adolfo Ortega Sandrea, de 21 años, y a José Daniel Ortega, de 23 años. A ambos los acribillaron sin piedad.
Sus cuerpos quedaron tendidos en la vía pública del sector Buena Vista, calle 17 con avenida 8A, parroquia Altagracia, municipio Miranda, de la Costa Oriental del Lago (COL).
Cada cuerpo recibió más de cinco disparos: los disparos fueron certeros en la cara y en la cabeza, reportaron fuentes policiales. Los asesinos cometieron sus encargos con precisión.
Las detonaciones alarmaron a los residentes de la zona, quienes despavoridos salieron a avistar qué sucedía y se toparon con los cuerpos ensangrentados. Entre los presentes, según los funcionarios actuantes, se rumoró que los infortunados eran familiares, pero no supieron precisar sus parentescos. Las víctimas fueron reconocidas por pocos curiosos, quienes evitaron aportar información.
Los cadáveres fueron trasladados por funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC) a la morgue de la jurisdicción para la respectiva necropsia reglamentaria. Los detectives a cargo de la investigación manejan como móvil el ajuste de cuentas, sin descartar otras hipótesis.
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