Familiares del fotógrafo español Borja Lázaro desaparecido hace 25 días en la costa de Colombia en el Caribe clamaron ayer por su pronto regreso a casa y dijeron que no son una familia adinerada por si sus posibles secuestradores exigen un rescate.
La última vez que se supo algo de Borja Lázaro Herrero fue el 8 de enero, cuando estaba en el Cabo de la Vela, a unos 885 kilómetros al norte de Bogotá, explicó su primo Roberto Martínez.
«El tema de (un posible) secuestro, como nadie nos ha llamado ni diciendo nada ni pidiendo nada, sigue siendo igual de desesperante», comentó Martínez desde la ciudad española de Vitoria, en el País Vasco.
«No lo han encontrado en el mar, nadie nos ha llamado, nadie ha encontrado una pista que pueda decir que se internó en el desierto y se ha perdido… Esto es la desesperación total», agregó Martínez, quien recordó que Lázaro llegó a Colombia en noviembre.
La policía colombiana trabaja sobre tres escenarios hipotéticos en el caso Lázaro, de 34 años.
El teniente de la policía Fabián Pérez dijo por teléfono que la primera hipótesis es que se pudo haber ahogado en el mar, la segunda que está perdido y la tercera que pudo haber sido secuestrado.
La extraña desaparición de Lázaro ha cobrado importancia en Colombia porque, aparte de tratarse de un extranjero, la organización no gubernamental Reporteros Sin Fronteras dijo el miércoles que no se podía descartar la hipótesis de un posible secuestro.
«»La Guajira es una importante zona de narcotráfico, donde operan las temibles ‘Bacrim’, (bandas criminales nacidas del movimiento paramilitar)», agregó.
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