Marlene Coromoto Rodríguez visitó a su hijo después de 24 años. Esperó ansiosa durante una hora para poder entrar. La acompañó su hija. Aseguró que irá todos los sábado
Fotos: Mayerlin Barboza
Maracaibo — Eran las 10:00 de la mañana y Marlene Coromoto Rodríguez, madre de Santiago Allío Bonetto Torres, «Brunito», llegó vestida de blanco —como se estipula en el reglamento de visitas— a la subdelegación Maracaibo del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC).
Allí en compañía de su otra hija, Keila Rodríguez, se sentó a esperar su turno para ingresar a ver a su primogénito. Ya los detectives le habían informado que formaba parte del tercer lote de visitas y que solo tendría 10 minutos para hablar con el detenido.
Durante la espera no paró de sollozar, notablemente los nervios la invadían, iba a ser la primera vez que podría llamar a «Brunito» ¡Hijo!, y que tendría la oportunidad de abrazarlo y «darle la bendición».
En el lote que antecedía al de ella, es decir, el segundo, estaban tres jóvenes, un par de chicos quienes afirmaron ser primos de Bonetto Torres y una muchacha, quien se presume sea su novia.
Entre el trío de chicos y doña Marlene y Keila no hubo comunicación, solo miradas que no reflejaban ningún tipo de camaradería.
Los muchachos entraron primero, ella esperó, se levantaba, caminaba y se volvía a sentar, ¡estaba ansiosa!
Una vez vio salir a los jóvenes, su mirada se iluminó, sabía que era su turno. Se levantó de nuevo y se dirigió hacia la rejilla por la que se ingresa a los calabozos, allí la requisaron tanto a ella como a la comida que le entregaría a «Brunito». Exactamente a las 11:00 de la mañana logró entrar junto a Keila.
Afuera no las esperaba nadie, fueron solas. Una vez transcurridos los 10 minutos, tal y como indicaron los detectives, las damas salieron con lágrimas en sus ojos, pero a la vez con un brillo en la mirada que solo reflejaba satisfacción y apego.
«Le eché la bendición, nos abrazamos»
Doña Marlene, de manera muy abierta, contó a la prensa detalles de lo que fue el encuentro con el hijo que anhelaba ver desde hace 24 años atrás. «Le eché la bendición, nos abrazamos, el me aceptó muy bien, le doy gracias a Dios porque me dio la oportunidad de ver a mi hijo, los 10 minutos son muy poquito tiempo para vernos, todos los sábados voy a venir y le voy a traer comida, voy a estar pendiente de él», cerró la cita diciendo «el recibimiento fue bueno, estoy feliz».
Keila, la hermana, también habló. Entre lágrimas se refirió a una frase que emitieron los primos de Bonetto en contra de ella y su madre. Según ella, los jóvenes dijeron «esas vienen por dinero», en respuesta a eso la dama manifestó: «Nosotros no queremos plata solo queremos verlo y ayudarlo, estamos aquí con todo el sacrificio porque no tenemos cobres», alegó además que «ellos son muy mala gente», refiriéndose a los primos, mismos que luego de salir de la visita insultaron a la prensa y la tacharon de «ridícula».
Tras las declaraciones, doña Marlene y su hija, se despidieron y agradecieron a los medios por el apoyo recibido. Se tomaron de las manos y a pies salieron hasta la vía al aeropuerto, que colinda con la sede del CICPC, y allí se embarcaron en un autobús de la ruta Pomona-centro. Marlene iba a su trabajo y Keila se dirigiría hasta su residencia.
«Brunito» sobrevive tras los barrotes del CICPC
Santiago Bonetto cumple hoy 16 días en prisión, tras haber confesado ser el actor intelectual de la muerte de su padre, el empresario ítalo-venezolano Bruno Allío Bonetto (59).
Convive tras los barrotes con los sicarios a los que él les pagó para materializar su plan y a los mismos que delató en su confesión.
Come bien solo cuando Marlene le lleva comida, de resto se alimenta de las sobras de los otros reos. Su familia de crianza jamás lo ha visitado.
Marlene y Keila Rodríguez, madre y hermana de «Brunito», lloraron luego de que salieron de verlo
Los primos de «Brunito» insultaron a Marlene
«Brunito» lleva 16 días detenido en el CICPC
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