A las 8:00 de la mañana, familiares y amigos de la joven protestaron frente al plantel con pancartas, exigiendo justicia por la muerte de la adolescente
Foto: Kendry Borges
Maracaibo — Fiscales del Ministerio Público llegaron ayer a las 10:00 de la mañana a la Unidad Educativa Martín Lutero, en compañía del adolescente de 15 años, presunto asesino de su compañera de clases (cuya identidad se resguarda) para reconstruir el asesinato de la estudiante.
Hubo total hermetismo para con los medios de comunicación y se espera que en las próximas horas se determine la resolución del suceso.
Más temprano, a las 8:00 de la mañana, familiares y amigos de la joven protestaron frente al plantel con pancartas, exigiendo justicia por la muerte de quien en vida «fue una buena muchacha».
Hernán Rincón, padre de la víctima, manifestó que exigen el cierre del plantel ya que «no es posible que dos alumnos hayan ingresado dos armas de fuego y un chaleco antibalas perteneciente a la policía del municipio Miranda».
Señaló a la directora del colegio, Maribel Vizcaya, y a su sobrino, quien es el profesor de deporte, como los principales responsables del hecho, pues aseguró que minutos antes del homicidio el docente «les había dicho a ambos alumnos que guardaran esas armas porque podían regañarlo a él».
Del mismo modo, agregó que ya han recogido 500 firmas entre representantes y vecinos de la comunidad para solicitar el cierre del Martín Lutero.
¿Presentimiento?
El padre de la víctima recordó entre lágrimas que su hija le había pedido hablar con la directora Vizcaya para que la cambiara de sección, pues se sentía incómoda estudiando con compañeros a los que no conocía muy bien. La estudiante había cursado desde primer grado en la institución con los mismos compañeros, pero fue en este año escolar que decidieron cambiarla de sección.
«Mi hija era una muchacha muy introvertida, me dijo que quería estar con sus mismos compañeritos, pero la directora se negó. Creo que presintió lo que iba a pasarle».
En contexto
Como se recordará, fue aquel 28 de octubre cuando la liceísta ingresó al aula de clases y su compañero le propinó un disparo en el pecho que le acabó la vida en cuestión de segundos. La menor fue trasladada por el vigilante del colegio cristiano evangélico hasta el Seguro Social de Sabaneta en donde ingresó sin signos vitales. Autoridades del colegio no han declarado a los medios de comunicación y los familiares de la joven aseguran que a ellos tampoco.
Hasta los momentos el móvil de la tragedia se maneja como accidental, sin embargo, el CICPC continúa investigando otras hipótesis.
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